Si viajas a Japón, es posible que te sorprendas al ver que la mayoría de las calles no tienen nombre. ¿Cómo se orientan los japoneses sin esta referencia? ¿Cómo llegan las cartas y los paquetes a su destino? Te explicamos el curioso sistema de direcciones que usan en el país nipón.
A diferencia de otros países, donde las calles tienen un nombre y los edificios un número, en Japón las ciudades se dividen en prefecturas, municipios, ciudades, barrios y distritos. Dentro de cada distrito hay manzanas y dentro de cada manzana hay edificios. Estos elementos se identifican con números que siguen un orden jerárquico.
Por ejemplo, una dirección típica en Japón sería:
〒 150-0042 東京都 渋谷区 宇田川町 12-18 ビッグウエストビル 3F
Esto se leería así:
Tokio-to Shibuya-ku Udagawacho 12-18 Big West Building 3F
Y se traduciría así:
Prefectura de Tokio, Ciudad de Shibuya, Distrito de Udagawa, Manzana 12, Edificio 18, Edificio Big West, Planta 3.
Como ves, la dirección va de lo general a lo específico, empezando por la prefectura y terminando por el edificio. El primer número indica el código postal, que se compone de siete dígitos separados por un guión. El símbolo 〒 indica que se trata de un código postal y también se usa para señalar las oficinas de correos.
Pero ¿cómo se asignan los números a las manzanas y a los edificios? Aquí es donde entra el factor más confuso del sistema japonés: los números no siguen un orden lógico ni geográfico, sino que dependen del orden en que se construyeron o registraron. Así, puedes encontrar el edificio 1 al lado del 18 y el 2 al otro lado de la calle.
Esto hace que sea muy difícil orientarse sin un mapa o un GPS, incluso para los propios japoneses. Por eso, muchas veces se usan puntos de referencia como estaciones de metro, templos o comercios para indicar una dirección. También hay algunas calles que sí tienen nombre, sobre todo las más antiguas o importantes, pero son la excepción y no la regla.
¿Y por qué las calles en Japón no tienen nombre? La razón histórica es que antiguamente las ciudades japonesas eran muy pequeñas y no había necesidad de nombrar las calles. Además, las casas y los comercios cambiaban con frecuencia de lugar y de dueño, lo que hacía difícil mantener un sistema estable de nombres.
Con el paso del tiempo, las ciudades fueron creciendo y se hizo necesario crear un sistema de direcciones más preciso. Sin embargo, en lugar de adoptar el modelo occidental basado en los nombres de las calles, los japoneses optaron por el sistema actual basado en los números de las manzanas y los edificios.
Este sistema tiene algunas ventajas, como la facilidad para identificar la zona general de una dirección o la posibilidad de cambiar el nombre o el uso de un edificio sin afectar a su ubicación. Pero también tiene muchos inconvenientes, como la dificultad para encontrar una dirección específica o la confusión que puede generar el uso de números similares para distintos elementos.
Así que si viajas a Japón y quieres moverte por sus calles sin nombre, te recomendamos que lleves siempre un mapa o un GPS a mano. Y si te pierdes, no dudes en preguntar a algún transeúnte amable que te ayude a orientarte. ¡Seguro que te echará una mano!