El panorama de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026 se ve impactado por una situación insólita. Ecuador iniciará el torneo con una desventaja de -3 puntos debido al caso de Byron Castillo, lo que brindará una enorme ventaja a la Selección Peruana en su objetivo de regresar a la máxima competición futbolística.
La polémica se desató cuando las federaciones de Chile y Perú acusaron a Castillo de falsificar documentos de identidad. Como consecuencia, el jugador fue excluido de la convocatoria de Ecuador para el Mundial de Qatar 2022 y no ha sido considerado en las fechas FIFA de marzo y junio de 2023.
Pero Ecuador no será el único equipo perjudicado con la pérdida de puntos. El Wigan Athletic, que competirá en la próxima temporada de la Premier League, sufrirá una sanción aún más severa, ya que comenzará con 8 puntos menos debido a sus problemas financieros.
El castigo impuesto al Wigan es consecuencia de su incapacidad para pagar los salarios de los jugadores en marzo y mayo de 2023. La English Football League (EFL), a través de una comisión independiente, limita que los propietarios del club abonar una cantidad equivalente al 125% de las nóminas mensuales, y al no cumplir con esta obligación, el equipo sufrirá la deducción de ocho puntos en la próxima temporada.
Esta situación recuerda la crisis financiera que atraviesa el fútbol peruano, donde clubes como Deportivo Municipal enfrentan dificultades similares. El ejemplo del Wigan Athletic destaca la importancia de una gestión financiera adecuada en el deporte y las consecuencias que pueden surgir cuando no se cumplen con las obligaciones económicas.
Con estos eventos inusuales que suceden a Ecuador y al Wigan Athletic, el panorama de las competiciones futbolísticas se ve alterado y genera un debate sobre la justicia y las consecuencias de las acciones fuera del terreno de juego.