En una relación a distancia, la falta de contacto físico y la incertidumbre son dos de los problemas más comunes. La incertidumbre puede generar pensamientos pesimistas y anticipaciones de un desenlace amoroso traumático o de un ambiente enrarecido que poco a poco irá distanciando a los miembros de la pareja. Además, el hecho de que no haya contacto físico puede hacer que la relación se sienta menos real y menos satisfactoria.
Otro problema común es la falta de compromiso. Al darse por supuesto de que las posibilidades de que la relación no prospere son altas, es más posible que los enamorados sean más reacios a comprometerse de verdad, por lo que pueda pasar. Esto puede ser percibido por la otra persona como una falta de interés, lo cual genera discusiones y malestar general.
Por último, los canales de comunicación a través de los que se mantiene el contacto en una relación a distancia pueden presentar problemas: poca frecuencia de consulta del teléfono, falta de cobertura, limitaciones en el acceso a Internet, etc. Esto puede generar situaciones de estrés en momentos puntuales en los que se llega a pensar que la otra persona no está interesada o no está disponible.