En un contraste evidente de actitudes hacia la Selección Peruana, Christian Cueva y Oliver Sonne han protagonizado semanas muy distintas después de la reciente eliminación en la Copa América.
Mientras que Cueva ha sido objeto de críticas por ser visto en fiestas tras la decepción deportiva, mostrando poco compromiso con el equipo nacional en un momento crucial, Oliver Sonne ha destacado por su enfoque y dedicación fuera del campo. El defensor peruano-danés ha estado dedicando tiempo a aprender español, compartiendo su progreso a través de sus redes sociales y mostrando así su integración y compromiso con el equipo.
En declaraciones recientes, Sonne dejó clara su filosofía profesional: «Siempre he creído que no me pagan por lo que hago en el campo, sino por lo que hago fuera de él. Yo siempre estaba en la cancha, entrenando, intentando mejorar porque amo este deporte, pero me pagan por lo que hago fuera de las canchas». Estas palabras resuenan especialmente en contraste con la actitud de Cueva, quien actualmente enfrenta un período difícil sin equipo y con críticas por su comportamiento fuera de las canchas.
La situación subraya la diferencia en la percepción y el compromiso hacia la camiseta de la selección nacional entre ambos jugadores. Mientras que Sonne se esfuerza por ganarse el respeto y la confianza de los hinchas, Cueva enfrenta un escrutinio público por su falta de compromiso y su desenfocado presente en el fútbol.
A medida que la Federación Peruana de Fútbol y los aficionados evalúan el futuro de los jugadores en la selección, la dedicación y la actitud de cada uno fuera del campo podrían ser determinantes en las decisiones futuras.