Seguramente alguna vez te has encontrado con alguien que se parece mucho a ti o a alguien que conoces, pero que no tiene ningún vínculo familiar contigo. ¿A qué se debe este fenómeno? ¿Es solo una coincidencia o hay una explicación científica?
El parecido entre personas no emparentadas se llama homología facial y es el resultado de la combinación de factores genéticos y ambientales que influyen en la formación de los rasgos faciales. Según un estudio publicado en la revista Cell Reports, las personas que se parecen mucho, pero que no son familiares, comparten variaciones similares de su ADN, especialmente en los genes involucrados en la formación de la boca, la nariz, los ojos, la barbilla y la frente.
Los investigadores analizaron el ADN, el epigenoma (los mecanismos que regulan la expresión de los genes) y el microbioma (el conjunto de microorganismos que habitan en el cuerpo humano) de 32 parejas de personas con un parecido razonable. De ellas, 16 lograron puntuaciones similares a las de los gemelos idénticos en programas de reconocimiento facial.
Los resultados mostraron que las parejas de dobles tenían más similitudes genéticas que epigenéticas o microbiológicas. Esto sugiere que el azar juega un papel importante en la aparición de estos casos, ya que hay tantas personas en el mundo que se pueden producir genomas similares por casualidad.
Sin embargo, el parecido físico no implica necesariamente un parecido en otros aspectos, como la personalidad, el comportamiento o la salud. Estos factores dependen también de la influencia del ambiente, la educación, la cultura y las experiencias personales.
Además, el parecido facial no es absoluto ni estático, sino que puede variar según la edad, el ángulo, la iluminación o la expresión. Por eso, a veces podemos encontrar personas que se parecen más en unas fotos que en otras o que nos recuerdan a alguien solo por un gesto o una mirada.
En conclusión, el parecido entre personas no emparentadas es un fenómeno curioso y fascinante que tiene una base genética, pero también una componente aleatoria. No obstante, el parecido físico no determina el parecido en otros aspectos más profundos e importantes de las personas.