Los astronautas son personas que viajan al espacio exterior para realizar diversas misiones científicas, tecnológicas o exploratorias. Los astronautas se someten a un riguroso entrenamiento físico y mental para adaptarse a las condiciones extremas del espacio, donde hay ausencia de gravedad, de oxígeno y de presión atmosférica. Estas condiciones afectan al organismo de los astronautas de diversas maneras, provocando cambios fisiológicos y psicológicos. Uno de estos cambios es que los astronautas crecen en el espacio hasta 5 centímetros de altura. ¿A qué se debe este fenómeno? ¿Qué consecuencias tiene para la salud? ¿Qué otras alteraciones sufren los astronautas? En este artículo te explicamos las respuestas a estas preguntas.
Los astronautas crecen en el espacio debido a la falta de gravedad, que hace que la columna vertebral se alargue. La columna vertebral está formada por 33 vértebras que se articulan entre sí mediante discos intervertebrales. Estos discos actúan como amortiguadores y permiten el movimiento de la columna. Los discos intervertebrales están compuestos por un núcleo gelatinoso rodeado por un anillo fibroso. En la Tierra, la gravedad ejerce una presión constante sobre los discos intervertebrales, comprimiéndolos y reduciendo su grosor. En el espacio, al no haber gravedad, los discos intervertebrales se expanden y aumentan su grosor, lo que hace que la columna vertebral se estire y que los astronautas crezcan en el espacio.
Este crecimiento es temporal y reversible, ya que al volver a la Tierra, la gravedad vuelve a comprimir los discos intervertebrales y la columna vertebral recupera su longitud original. Sin embargo, este proceso puede causar molestias y dolores en la espalda, así como una mayor vulnerabilidad a las lesiones vertebrales. Además, el crecimiento en el espacio puede afectar al ajuste de los trajes espaciales y de las naves espaciales, que están diseñados según la altura de los astronautas en la Tierra.
El crecimiento en el espacio no es el único cambio que sufren los astronautas. Otros cambios fisiológicos son:
La redistribución de los líquidos corporales: al no haber gravedad, los líquidos corporales tienden a acumularse en la parte superior del cuerpo, lo que provoca una hinchazón del rostro, una disminución del volumen sanguíneo y una pérdida de masa ósea y muscular.
La alteración del ritmo circadiano: al estar expuestos a ciclos de luz y oscuridad diferentes a los de la Tierra, los astronautas pueden sufrir trastornos del sueño, del estado de ánimo y del metabolismo.
La disminución de la visión: al aumentar la presión intracraneal por la acumulación de líquidos, los astronautas pueden sufrir cambios en la forma del globo ocular y del nervio óptico, lo que puede afectar a su agudeza visual.
La exposición a la radiación cósmica: al estar fuera de la atmósfera terrestre, que actúa como un escudo protector, los astronautas reciben dosis elevadas de radiación cósmica, que puede dañar sus células y aumentar el riesgo de cáncer.
Estos cambios fisiológicos pueden tener también repercusiones psicológicas, como el estrés, la ansiedad o la depresión. Por eso, los astronautas reciben un apoyo psicológico constante durante sus misiones espaciales y al regresar a la Tierra.
Así pues, los astronautas crecen en el espacio por la falta de gravedad, pero este no es el único efecto que el espacio tiene sobre su organismo. Los astronautas experimentan una serie de cambios fisiológicos y psicológicos que pueden afectar a su salud y a su rendimiento. Por eso, los astronautas deben estar preparados física y mentalmente para afrontar los desafíos del espacio y para adaptarse al retorno a la Tierra.