El veneno es una de las armas más poderosas de la naturaleza, capaz de paralizar, matar o disuadir a los depredadores y las presas. Muchos animales han desarrollado esta habilidad a lo largo de la evolución, pero ¿cómo lo hicieron? En el caso de los escorpiones, la respuesta está en una simple mutación genética que transformó una proteína de su sistema inmunitario en una sustancia letal.
Los escorpiones son unos de los arácnidos más antiguos y diversos del planeta, con más de 1.700 especies conocidas. Todos ellos tienen un aguijón en la punta de su cola que les sirve para inyectar veneno a sus víctimas. El veneno es una mezcla de toxinas y no toxinas que ataca el sistema nervioso. Cada especie produce su propio cóctel particular, adaptado a sus hábitats y tipos de presas. Algunos escorpiones pueden matar a un ser humano con una sola picadura, mientras que otros solo causan dolor e inflamación.
Pero ¿cómo surgió el veneno en los escorpiones? Un equipo de científicos liderado por Shunyi Zhu, del Instituto de Zoología de la Academia China de Ciencias, encontró que el origen del veneno se remonta a una proteína común que se usa como parte del sistema inmunitario de los escorpiones: la defensina. La defensina es un compuesto que se encuentra en muchas plantas y animales que combate las bacterias. Al secuenciar los genes de los aminoácidos de la defensina, los investigadores descubrieron que todo lo que se necesitaba era un cambio en un solo gen para convertir la defensina en un veneno.
Los científicos creen que los escorpiones se originaron en tierra y luego fueron arrastrados al océano, evolucionaron durante el tiempo que pasaron allí y luego volvieron a emerger, hace unos 400 millones de años. «Supongo que la aparición de toxinas a partir de defensinas es una consecuencia de la adaptación de los escorpiones a su tamaño reducido que aumenta la dificultad para capturar presas cuando emergieron de los mares», dijo Zhu. Eran más grandes en el agua pero tuvieron que encogerse físicamente durante su evolución en tierra seca, y se hizo más difícil matar y atrapar algunas presas. Así que desarrollaron el veneno.
«El desarrollo del veneno les permitió irradiar hacia nuevos nichos», dijo Bryan Fry, del Laboratorio de Evolución del Veneno de la Universidad de Queensland en Australia. El registro fósil muestra que las variedades marinas eran bastante grandes. «Al pasar a la tierra, tenían una forma de captura de presas», dijo Fry, sus poderosas pinzas. Pero agarrar presas significaba que tenían que sujetarlas y eso ponía en riesgo a los escorpiones. Los escorpiones más antiguos y grandes todavía tienen pinzas grandes y colas pequeñas. Los escorpiones más evolucionados tienen lo contrario: colas grandes y pinzas pequeñas.
Este proceso de mutación genética para generar veneno podría haber ocurrido también en otros animales venenosos, como las serpientes, las arañas o las abejas. El veneno es una herramienta muy útil para la supervivencia, pero también puede ser un problema para la salud humana. Por eso, algunos científicos estudian el veneno de los escorpiones para extraer sus componentes y desarrollar antídotos o medicamentos¹⁴.
El veneno de los escorpiones es una maravilla de la naturaleza que nos muestra cómo una simple mutación puede cambiar radicalmente la vida de estos arácnidos. Si quieres saber más sobre estos fascinantes animales, te invitamos a leer otros artículos de nuestro blog o a contactarnos para cualquier consulta. Y recuerda, si te encuentras con un escorpión, ¡mejor no te acerques!.