Los koalas son unos de los animales más emblemáticos de Australia, pero también unos de los más misteriosos. Estos marsupiales pasan la mayor parte de su vida en lo alto de los árboles de eucalipto, alimentándose de sus hojas y durmiendo unas 20 horas al día. Pero ¿cómo hacen para hidratarse sin bajar al suelo a beber agua?
El nombre «koala» proviene de una palabra aborigen que significa «sin agua» o «sin beber». Esto se debe a que los koalas rara vez toman agua en estado líquido, ya que obtienen la mayor parte de la humedad que necesitan de las hojas de eucalipto que comen. Estas hojas contienen alrededor de un 50% de agua y también les aportan los nutrientes esenciales para su dieta.
Los koalas tienen un sistema digestivo especializado que les permite tolerar las sustancias tóxicas de las hojas de eucalipto, que serían venenosas y letales para la mayoría de los animales. Su hígado tiene unas enzimas especiales y su intestino alberga unas bacterias simbióticas que ayudan a descomponer los compuestos venenosos y a extraer el agua y los nutrientes.
Además, los koalas tienen un metabolismo muy lento y una baja tasa de actividad, lo que les permite conservar energía y agua. Al dormir unas 20 horas al día, reducen su gasto calórico y su pérdida de líquidos por la respiración y la transpiración. También se refugian en las copas de los árboles, donde hay más sombra y menos calor.
Sin embargo, los koalas no son completamente independientes del agua líquida. En ocasiones, pueden beber agua si la encuentran en el suelo o en el tronco de los árboles después de una lluvia. Esto suele ocurrir cuando las condiciones climáticas son extremas, como durante las olas de calor, las sequías o los incendios forestales, que afectan la disponibilidad y la calidad de las hojas de eucalipto.
Los koalas son unos animales fascinantes que han desarrollado unas adaptaciones únicas para sobrevivir en uno de los continentes más secos del mundo. Sin embargo, también son muy vulnerables a los cambios ambientales y a las amenazas humanas, como la deforestación, el cambio climático y las enfermedades. Por eso, es importante proteger su hábitat y su salud para asegurar su supervivencia.