Los toros son animales que suelen asociarse con el color rojo, debido a la creencia popular de que este tono les enfurece y les hace atacar. Sin embargo, ¿qué hay de cierto en esta afirmación? ¿Es verdad que a los toros no les gusta el color rojo? ¿Qué es lo que realmente les molesta o les provoca? En este artículo te explicamos la verdad sobre este mito y te contamos cómo ven los toros los colores.
Los toros son mamíferos rumiantes de la familia de los bóvidos, que se caracterizan por su gran tamaño, su cuerpo robusto y sus cuernos curvos. Son herbívoros y viven en manadas lideradas por un macho dominante. Se han domesticado desde hace miles de años para aprovechar su carne, su leche y su fuerza de trabajo. También se han utilizado para fines lúdicos o culturales, como las corridas de toros, una práctica muy cuestionada por el maltrato animal que implica.
En las corridas de toros, el torero se enfrenta al toro con una capa llamada muleta, que suele ser de color rojo. Se cree que el rojo es el color que más irrita al toro y le hace embestir con más fuerza. Sin embargo, esta creencia es falsa, ya que los toros no ven el color rojo como nosotros. De hecho, los toros son daltónicos y solo pueden distinguir entre dos tonalidades: el azul y el amarillo.
Esto se debe a que los toros tienen solo dos tipos de conos en la retina, que son las células encargadas de percibir los colores. Los humanos tenemos tres tipos de conos, que nos permiten ver el espectro completo de colores. Los toros solo tienen conos sensibles al azul y al amarillo, por lo que ven el mundo en tonos verdosos y grises. El rojo les resulta indiferente, ya que no pueden apreciarlo.
Entonces, ¿por qué los toros atacan la muleta roja? La respuesta es simple: porque se mueve. Los toros son sensibles al movimiento y reaccionan ante cualquier estímulo que les parezca una amenaza o un desafío. La muleta roja no les molesta por su color, sino por su movimiento. De hecho, el toro también arremete contra la otra capa del matador, llamada capote, que es más grande y tiene dos colores: magenta y dorado o azul.
La razón por la que la muleta es roja no tiene nada que ver con el toro, sino con el público. El rojo es un color llamativo y vistoso, que contrasta con el albero de la plaza y con el traje del torero. Además, el rojo disimula la sangre del toro, que puede manchar la tela durante la lidia. Por lo tanto, el rojo es una elección estética y no funcional.
En conclusión, a los toros no les gusta el color rojo porque no lo ven como tal. Lo que les provoca es el movimiento de la capa del matador, que interpretan como una señal de agresión o provocación. El mito del color rojo es solo eso: un mito sin fundamento científico.