Los océanos son uno de los ecosistemas más antiguos del planeta y como tal, han almacenado gran cantidad de sales y materias biológicas.
La salinidad de sus aguas se debe a la descomposición y erosión de las rocas de la corteza terrestre, así como al desgaste de las montañas, las lluvias ácidas facilitan que las rocas erosionen y que se disuelvan diversos iones en el mar.
De esta manera, en los océanos se acumula gran cantidad de iones de cloro y de sodio, formándose cloruro sódico (sal).