En la Antigüedad, el número 13 fue considerado como un número de mal augurio por diversos motivos: en la última cena de Jesús, participaron trece personas y una de ellas murió, las leyendas nórdicas enumeran a trece espíritus malignos; en el Apocalipsis, el capítulo 13 corresponde al anticristo y a la bestia; Satán (Abadón) era el 13.° ángel (Apocalipsis 19,11); en el tarot, este número hace referencia a la muerte; etc.
Debido a todas estas señales, aún en la actualidad se considera esta fecha como un día aciago.