La aportación de sodio en la alimentación del ganado es esencial para evitar la deshidratación y favorecer la digestión, mejorando así la salud de los animales.
La carencia de sales minerales en su alimentación provoca baja productividad de carne y leche, y disminución del celo y la fertilidad.
La manera más sencilla y práctica de incluir la sal en la dieta de las vacas es mediante bloques de sal natural, los cuales suelen venderse en tiendas especializadas en la crianza de ganado.