Según los testimonios de varios karatecas, esta disciplina no hace hincapié en desarrollar solo la fuerza física, sino la fuerza mental. La concentración, la tranquilidad y la fortaleza física son elementos que influyen para que logren esta hazaña; además, aumentan y perfeccionan la velocidad de sus ataques.
De esta manera, un puño de 700 g, a una velocidad de 54 km/h, aumenta su fuerza 400 veces más; así, la aceleración permite un mayor impacto sobre los objetos. Por otro lado, esto solo se consigue con muchos años de práctica y entrenamiento, por lo que a una persona sin experiencia le resultará muy doloroso intentar alguna proeza como esta.