Cuando alcanzan la pubertad, las niñas y los niños empiezan a experimentar diversos cambios fisiológicos y psicológicos. Uno de los cambios más notorios es el cambio de voz, que se vuelve más grave, sobre todo en los varones.
Esto sucede porque la laringe se agranda y las cuerdas vocales se alargan y ensanchan. Además, los huesos de la cara empiezan a crecer, al igual que las cavidades de los senos paranasales, la nariz y la parte posterior de la garganta.
Esto origina que aumenten los espacios en el interior de la cara; por lo tanto, la voz tiene más espacio para retumbar.