La Selección Peruana de fútbol enfrenta serios problemas internos tras el reciente triunfo opaco por 1-0 contra El Salvador. La situación se ha deteriorado aún más con la reciente convocatoria para la Copa América, revelada por el técnico Jorge Fossati, que ha generado incomodidades significativas en el plantel.
Las tensiones no comenzaron con la lista de convocados, sino que se arrastran desde antes de que el equipo viajara desde Lima a los Estados Unidos. Uno de los principales puntos de conflicto es el trato que recibió Renato Tapia. La negativa de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) a cumplir sus compromisos con Tapia y la decisión de Fossati de excluirlo de la Copa América sin insistir en su favor han caído muy mal entre los jugadores.
La inclusión de Christian Cueva en la nómina para la Copa América ha sido otra fuente de descontento. A pesar de que Cueva lleva ocho meses sin jugar y no tiene continuidad, fue convocado en una decisión que contradice las propias declaraciones de Fossati en conferencias de prensa. Esta inconsistencia ha generado malestar en el equipo.
Además, la convocatoria de Paolo Reyna, lateral izquierdo de Melgar, y Matías Succar, ambos sin minutos en el reciente amistoso contra El Salvador, ha provocado más críticas. La inclusión de Reyna, quien finalmente quedó fuera de la nómina definitiva, y Succar, quien tampoco será parte de la delegación para la Copa América, ha sido vista como una falta de coherencia en las decisiones del cuerpo técnico.
Otro tema que ha generado discordia es la gestión de los premios por parte del presidente de la FPF, Agustín Lozano. No se llegó a un acuerdo con los jugadores y la intervención de Fossati no fue bien recibida por el plantel. Estos problemas han acentuado la división interna, contrastando con la unidad que se vivió durante la era de Ricardo Gareca y que comenzó a fracturarse bajo Juan Reynoso.
Aunque no se habla de una ruptura irreparable, hay una clara división en el plantel, con jugadores que no están de acuerdo con algunas decisiones y otros que ven incongruencias entre lo que se dice y lo que se hace. La situación actual plantea un desafío significativo para el equipo en la próxima Copa América, ya que no llega en su mejor forma.
La Selección Peruana enfrenta un momento crítico y será crucial observar cómo gestionan estas tensiones internas durante el torneo.