El ex presidente del AC Milan y ex primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, murió este lunes a los 86 años tras una larga batalla contra la leucemia. Berlusconi fue uno de los hombres más poderosos e influyentes del mundo, tanto en el ámbito empresarial como en el político y deportivo. Sin embargo, también fue un personaje polémico y controvertido por sus escándalos sexuales, sus juicios por corrupción y su afición por la vida nocturna.
Berlusconi tuvo una relación indirecta con la selección peruana de fútbol, ya que fue el responsable de fichar a Gianluca Lapadula para el AC Milan en la temporada 2016-2017. El delantero ítalo-peruano había destacado en el Pescara de la Serie B y llamó la atención del magnate, que lo contrató por 9 millones de euros. Con el Milan, Lapadula tuvo una buena campaña, marcando 8 goles en 29 partidos. Esto le valió para ser convocado por la selección italiana en noviembre de 2016, aunque solo jugó unos minutos en un amistoso contra San Marino.
La intención de Berlusconi era que Lapadula se consolidara como el nuevo goleador de Italia y del Milan, pero las cosas no salieron como esperaba. El atacante no volvió a ser llamado por la ‘azzurra’ y al final de la temporada fue cedido al Genoa. Luego pasó al Lecce y finalmente al Benevento, donde mostró su mejor nivel y despertó el interés de Ricardo Gareca, el técnico de la selección peruana.
Lapadula aceptó la propuesta de Gareca y debutó con la bicolor en noviembre de 2020, en las eliminatorias para el Mundial de Qatar 2022. Desde entonces, se ha convertido en el referente ofensivo del equipo nacional y en uno de los jugadores más queridos por la afición. Actualmente milita en el Cagliari, con el que acaba de lograr el ascenso a la Serie A.
Berlusconi nunca pudo ver a Lapadula triunfar con la camiseta peruana, ni tampoco con la italiana. Tampoco pudo disfrutar del éxito de su último proyecto deportivo, el Monza, al que ascendió a la Serie B tras casi dos décadas. Su legado en el mundo del fútbol quedará marcado por los 29 títulos que ganó con el Milan en sus 31 años de presidencia, entre los que destacan cinco Copas de Europa y ocho Scudettos. Sin embargo, también será recordado como el hombre que quiso arrebatarle a Lapadula a Perú.