El expresidente de Perú, Alejandro Toledo, ha pedido a la Justicia peruana que no lo mate en prisión durante una entrevista con la agencia de noticias EFE. A pocas horas de entregarse a las autoridades estadounidenses como parte del proceso de extradición, Toledo exigió que lo dejen luchar con argumentos y no lo maten en la cárcel.
Toledo es investigado por haber presuntamente negociado más de 30 millones de dólares en sobornos de constructoras brasileñas mientras fue presidente de la República entre 2001 y 2006. Toledo ha disfrutado de arresto domiciliario desde 2020 y ha estado en una prisión californiana durante un año debido a los peligros que la crisis sanitaria de la COVID-19 podrían haber tenido en su estado de salud.
Durante la entrevista, Toledo se refirió a su estado de salud y declaró que es muy malo, toma 14 pastillas diarias, tiene hipertensión y sufre los remanentes del cáncer. Toledo ha utilizado su estado de salud como argumento para paralizar el proceso judicial por el que se le acusa de haberse embolsado hasta 35 millones de dólares en coimas.
Toledo expresó su enfado sobre el llamado «Acuerdo de Colaboración Eficaz» por el que un equipo de fiscales peruanos especializados en Lava Jato acordó con Odebrecht una serie de reparaciones por haberse beneficiado del dinero público del país andino. Toledo cuestionó el acuerdo y preguntó por qué no se cuentan los términos del mismo, asegurando que Odebrecht sigue trabajando igual en Perú, aunque tenga otro nombre, y que evitó pagar mil millones de dólares y otros seiscientos en impuestos.
La Corte de Columbia ha negado la moción de emergencia presentada por la defensa del expresidente para que se vuelva a suspender el proceso de extradición que pesa en su contra. Toledo se entregará a las autoridades estadounidenses en un tribunal de San José, California, el viernes 21 de abril.
Toledo fue el primer presidente de origen indígena en la región y aseguró que eso no se lo perdonan porque supuso la liberación de la dictadura fujimorista en Perú y porque sentó el precedente para que luego llegara Pedro Castillo. A pesar de las acusaciones en su contra, Toledo afirmó detestar la corrupción e incidió en que nunca recibió ni un solo dólar malhabido.