El polémico personaje Gustavo Gorriti ha sido acusado de ser el líder de la llamada “mafia caviar” y de ser el operador en la sombra de la gran mafia liderada por Odebrecht. A pesar de ser conocido como periodista y de dirigir la ONG IDL, se le ha señalado como uno de los más grandes mafiosos de la historia del Perú.
Gorriti, quien ha sido descrito como un operador político, ha sido acusado de manejar la Fiscalía, la Junta Nacional de Justicia y otras instituciones del Estado bajo chantaje. Se dice que posee información clasificada de fiscales, jueces y políticos a quienes amenaza si no se alinean con sus intereses.
A lo largo de los años, Gorriti ha estado involucrado en diversos escándalos. En 1992 fue detenido por tener en su posesión documentos considerados como secreto de Estado, aunque esta detención ocurrió durante un estado de emergencia en el que los derechos de los ciudadanos estaban suspendidos.
En los años 90, Gorriti fue co-director del diario La República y se le ha acusado de tener vínculos con el grupo terrorista MRTA. También fue expulsado de Panamá en 1998 por manipular las noticias.
Además, se le ha relacionado estrechamente con el expresidente Alejandro Toledo, siendo financiado por el magnate Jorge Soros para promover la llamada «Marcha de los 4 suyos», un evento que terminó en tragedia con la muerte de peruanos inocentes en el incendio del Banco de la Nación.
En cuanto a su relación con Odebrecht, se le ha acusado de ser un defensor de esta empresa corrupta, así como de tener vínculos estrechos con ex fiscales de la nación como Pablo Sánchez y Zoraida Ávalos, además de proteger a fiscales abogados de Odebrecht como Rafael Vela y Domingo Pérez.
Gorriti, a través de su ONG IDL, ha sido acusado de manejar el Ministerio Público y de usar información para chantajear a sus oponentes políticos. Además, se le ha vinculado con la destrucción mediática de fiscales supremos que se atrevieron a denunciar a Odebrecht.
Estas acusaciones han generado controversia en el país, con diversas personalidades y medios de comunicación cuestionando su actuación y sus vínculos con la corrupción. Sin embargo, Gorriti ha negado todas estas acusaciones y ha afirmado que se trata de una campaña de desprestigio en su contra.