Dormir es una actividad vital para el organismo, que nos permite recuperar la energía, regular las funciones fisiológicas y mantener el equilibrio mental y emocional. Sin embargo, muchas veces no le damos la importancia que merece y sacrificamos horas de sueño por otras ocupaciones o distracciones. ¿Sabías que dormir poco o mal puede tener consecuencias negativas para tu salud y tu peso? Te explicamos por qué.
Veamos las tres razones principales que te hacen engordar por no dormir bien (o no dormir lo suficiente):
Dormir mal aumenta tu hambre y hace que tu cuerpo almacene todo
El perder horas de sueño altera el equilibrio hormonal, disminuyendo la cantidad de las hormonas que producen la saciedad y aumentando la liberación de hormonas que promueven el hambre. Estas hormonas se llaman leptina y ghrelina, respectivamente. La leptina se produce en el tejido adiposo y envía señales al cerebro para indicar que estamos llenos y que debemos dejar de comer.
La ghrelina se produce en el estómago y estimula el apetito y el deseo de comer. Cuando dormimos poco, la leptina disminuye y la ghrelina aumenta, lo que nos hace sentir más hambre y más antojos de alimentos ricos en calorías, grasas y azúcares. Además, al comer más de lo necesario, nuestro cuerpo tiende a almacenar el exceso de energía en forma de grasa, especialmente en la zona abdominal.
Dormir poco destruye tu fuerza de voluntad
Otra consecuencia de dormir mal es que afecta a nuestra capacidad de tomar decisiones racionales y de resistir a las tentaciones. Esto se debe a que el sueño influye en el funcionamiento del córtex prefrontal, la región del cerebro encargada del control ejecutivo, la planificación y la regulación de los impulsos.
Cuando dormimos poco, esta zona se ve afectada y se reduce nuestra fuerza de voluntad para seguir una dieta saludable o hacer ejercicio físico. Por el contrario, se activan más las áreas del cerebro relacionadas con el sistema de recompensa, que nos impulsan a buscar placeres inmediatos, como comer alimentos sabrosos pero poco nutritivos.
No dormir lo suficiente daña tu metabolismo
Por último, dormir poco también tiene un impacto negativo en nuestro metabolismo, es decir, en la forma en que nuestro cuerpo utiliza la energía que obtenemos de los alimentos. Algunos estudios han demostrado que la falta de sueño reduce la capacidad del organismo para utilizar la glucosa como fuente de energía, lo que aumenta el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
Además, dormir poco también afecta a la producción de otras hormonas que regulan el metabolismo, como el cortisol y la hormona del crecimiento. El cortisol es una hormona del estrés que favorece la acumulación de grasa abdominal y el aumento del apetito. La hormona del crecimiento es una hormona anabólica que estimula la síntesis de proteínas y el desarrollo muscular. Cuando dormimos poco, el cortisol aumenta y la hormona del crecimiento disminuye, lo que provoca una pérdida de masa muscular y un aumento de grasa corporal.
Como ves, dormir bien es fundamental para mantener un peso saludable y prevenir enfermedades asociadas al sobrepeso y la obesidad. Por eso, te recomendamos que sigas estos consejos para mejorar tu calidad y cantidad de sueño:
- Establece una rutina regular de sueño, acostándote y levantándote a la misma hora todos los días.
- Evita las siestas largas o tardías, ya que pueden interferir con tu ciclo natural de sueño.
- Evita el consumo de cafeína, alcohol o nicotina, especialmente en las horas previas a irte a la cama, ya que son sustancias estimulantes que pueden dificultar el sueño.
- Crea un ambiente propicio para el descanso, con una temperatura adecuada, una iluminación tenue y un silencio relativo. Evita el uso de dispositivos electrónicos con pantallas luminosas antes de dormir, ya que emiten una luz azul que inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño.
- Practica alguna actividad física durante el día, pero no justo antes de acostarte, ya que puede activarte demasiado. El ejercicio te ayuda a liberar tensiones, mejorar tu estado de ánimo y favorecer el sueño profundo.
- Relájate antes de irte a la cama, haciendo alguna actividad placentera y tranquila, como leer, escuchar música o meditar. Evita los pensamientos negativos, las preocupaciones o los problemas que puedan alterarte o angustiarte.
- Si tienes dificultades para conciliar o mantener el sueño, consulta con tu médico o con un especialista en trastornos del sueño. Puede que necesites algún tratamiento específico o algún suplemento natural que te ayude a dormir mejor.