La comida enlatada es un tipo de alimento que se conserva en recipientes de metal o de plástico, que se someten a un proceso de esterilización para eliminar los microorganismos que pueden causar su deterioro. La comida enlatada es muy práctica y económica, ya que se puede almacenar durante mucho tiempo y se puede consumir directamente o con una mínima preparación. Sin embargo, la comida enlatada también tiene sus desventajas y riesgos para la salud, que te explicamos a continuación.
Los peligros de comer comida enlatada son los siguientes:
Pérdida de nutrientes: al someter los alimentos a altas temperaturas y presiones durante el proceso de esterilización, se destruyen parte de sus vitaminas, minerales y antioxidantes, que son esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Además, algunos nutrientes pueden pasar del alimento al líquido que lo acompaña, que muchas veces se desecha.
Exceso de sodio: la mayoría de las comidas enlatadas contienen una gran cantidad de sal, que se usa como conservante y como potenciador del sabor. El consumo excesivo de sodio puede provocar problemas de hipertensión arterial, retención de líquidos, edemas, insuficiencia renal y enfermedades cardiovasculares.
Presencia de bisfenol A: el bisfenol A (BPA) es una sustancia química que se usa para fabricar algunos tipos de plásticos y resinas epoxi, que se emplean para recubrir el interior de las latas metálicas. El BPA puede migrar del envase al alimento, sobre todo si este es ácido o graso, y contaminarlo. El BPA es un disruptor endocrino, es decir, que altera el equilibrio hormonal del cuerpo y puede causar obesidad, diabetes, infertilidad, cáncer y otros trastornos.
Contaminación por metales: las latas metálicas pueden estar hechas de aluminio, estaño o acero, que pueden liberar pequeñas cantidades de metales al alimento. Estos metales pueden acumularse en el organismo y causar toxicidad, irritación, alergia o problemas neurológicos. El riesgo aumenta si las latas están dañadas, oxidadas o cerca de su fecha de caducidad.
Aditivos artificiales: muchas comidas enlatadas contienen aditivos artificiales como colorantes, saborizantes, espesantes o acidulantes, que se usan para mejorar el aspecto, el sabor o la textura de los alimentos. Estos aditivos pueden tener efectos negativos sobre la salud, como provocar alergias, asma, hiperactividad o cáncer.
Por estas razones, no se debe abusar del consumo de comida enlatada y se debe optar por alimentos frescos y naturales siempre que sea posible. Si se consume comida enlatada ocasionalmente, se deben seguir algunas recomendaciones como:
- Leer las etiquetas nutricionales y elegir las opciones con menos sal, azúcar y aditivos.
- Lavar las latas antes de abrirlas para eliminar posibles suciedades o microorganismos.
- Escurrir el líquido que acompaña al alimento y lavarlo con agua para reducir el sodio y los metales.
- No guardar los alimentos en la lata una vez abierta, sino pasarlos a un recipiente de vidrio o cerámica con tapa y refrigerarlos.
- No consumir los alimentos si la lata está abollada, hinchada o con signos de oxidación o corrosión.
La comida enlatada puede ser útil en situaciones de emergencia o cuando no hay tiempo para cocinar, pero no debe ser la base de la alimentación. Los alimentos frescos y naturales son más nutritivos y saludables y nos ayudan a prevenir enfermedades y a mantener un peso adecuado.