En medio del ritmo acelerado de la vida moderna y una creciente desconexión emocional, ha surgido en China una curiosa tendencia: mujeres que pagan por recibir abrazos en espacios públicos. Esta práctica, que ha ganado notoriedad en redes sociales, se presenta como una forma de consuelo emocional ante la presión del trabajo, la falta de tiempo para relaciones afectivas y el aumento del individualismo en la sociedad urbana china.
El servicio es ofrecido por jóvenes conocidos como “man mums” (literalmente, “hombres mamá”), quienes brindan abrazos de entre tres y cinco minutos en lugares como parques, centros comerciales o estaciones de metro. Estos encuentros cuestan entre 20 y 50 yuanes (3 a 7 dólares) y no tienen ninguna intención sexual. Las mujeres buscan consuelo físico y emocional, contactando a los “man mums” a través de redes sociales o aplicaciones de mensajería.
A diferencia de otros servicios de contacto, esta práctica está regulada por normas estrictas. Los abrazos se realizan exclusivamente en espacios públicos, sin gestos ambiguos ni contacto inapropiado. La finalidad es ofrecer un momento de cercanía emocional en un entorno seguro y respetuoso, sin expectativas afectivas ni prolongaciones fuera del tiempo establecido.
El fenómeno ha generado un intenso debate en plataformas como Weibo y Xiaohongshu. Mientras algunas mujeres valoran el servicio como una herramienta para reconectar con el afecto humano, otros usuarios critican que esta tendencia refleja un vacío emocional preocupante, alimentado por modelos laborales extenuantes como el «996» (trabajar de 9 a.m. a 9 p.m., seis días a la semana) y la falta de vínculos sociales reales.
Más allá de las opiniones encontradas, el auge de los “man mums” revela una necesidad urgente: crear espacios para el cuidado emocional en las sociedades modernas. En un entorno cada vez más solitario y exigente, para muchas mujeres estos abrazos representan una pausa cálida —aunque temporal— frente al aislamiento afectivo y a la presión de la vida cotidiana.