En una entrevista reciente, el historiador chileno Pablo Lacoste afirmó que “nuestro objetivo es ganarle a la comida peruana”, lo cual ha generado controversia en ambos países. Desde Chile, Lacoste señaló que aunque reconoce a la gastronomía peruana como un referente mundial, Chile tiene el potencial de alcanzarla e incluso superarla .
El especialista aseguró que Chile ha intensificado sus esfuerzos para elevar la calidad de su cocina mediante una alianza estratégica con Perú y México. Según Lacoste, esta coalición buscaría competir con las grandes potencias culinarias europeas, como España, Italia y Francia .
En redes sociales y medios especializados, las declaraciones provocaron reacciones encontradas: algunos chilenos respaldaron su postura, mientras que peruanos y defensores de la gastronomía local reaccionaron con desconcierto y defensa apasionada del legado culinario peruano, señalando su reconocimiento global y acentos de identidad nacional .
La disputa alimentaria no es nueva. La rivalidad incluye debates sobre el origen del pisco y el cebiche, así como críticas a iniciativas chilenas por apropiarse de platos típicos peruanos. A su vez, expertos culinarios peruanos apuntan que el Perú ya supera a sus vecinos gracias a premios internacionales y la promoción activa de chefs como Gastón Acurio y Virgilio Martínez .
El análisis revela que más que una confrontación, se trata de una oportunidad para enriquecer la cocina latinoamericana. Promover ambas gastronomías en conjunto podría fortalecer su presencia global. De cara al futuro, la gastronomía sudamericana se beneficiaría de esta “competencia colaborativa”, en la que cada país impulse su identidad culinaria y compita con potencias europeas.