Neptuno es el octavo y último planeta del sistema solar, y también el más lejano al Sol. Es un gigante gaseoso, como Júpiter, Saturno y Urano, pero se diferencia de ellos por su intenso color azul. ¿A qué se debe este color si Neptuno no tiene agua en su superficie? La respuesta está en su atmósfera.
La atmósfera de Neptuno está compuesta principalmente por hidrógeno y helio, como la de los otros gigantes gaseosos, pero también tiene una cantidad significativa de metano, un gas que absorbe la luz roja y refleja la luz azul. Por eso, cuando vemos Neptuno desde el espacio, lo percibimos como un planeta azul.
Pero no todos los planetas con metano en su atmósfera son azules. Por ejemplo, Urano, que es muy similar a Neptuno en tamaño, masa y composición, tiene un color verde-azulado más pálido. ¿Por qué esta diferencia? Los científicos creen que se debe a la actividad atmosférica de cada planeta.
Neptuno tiene una atmósfera muy dinámica y turbulenta, con vientos que superan los 2.000 km/h y tormentas gigantescas que duran años. Estas condiciones hacen que el metano se distribuya de forma homogénea por toda la atmósfera y que no se forme una capa de neblina que atenúe el color azul.
Urano, en cambio, tiene una atmósfera más tranquila y fría, con vientos más débiles y menos tormentas. Esto hace que el metano se concentre más en las capas altas de la atmósfera y que se forme una neblina de partículas orgánicas que reflejan la luz verde. Esta neblina le da a Urano su tono verdoso.
Además, se cree que Neptuno tiene más metano que Urano en su interior, lo que podría explicar también su mayor intensidad azul. El metano podría provenir de un océano subterráneo de agua, amoníaco y metano que rodearía el núcleo rocoso del planeta.
Así pues, Neptuno es azul por el efecto del metano en su atmósfera y por su alta actividad climática. Aunque no tiene agua líquida en su superficie, podría tenerla en su interior. Neptuno es un planeta fascinante y misterioso que aún guarda muchos secretos por descubrir.