Los eclipses son fenómenos astronómicos que se producen cuando un cuerpo celeste, como la Luna o un planeta, se interpone en la trayectoria de la luz de otro cuerpo celeste, proyectando una sombra sobre él. Los eclipses más conocidos y observados son los que involucran a la Tierra, la Luna y el Sol. ¿Cómo se forman estos eclipses? ¿Qué tipos hay? ¿Cuándo y dónde se pueden ver? ¿Qué efectos tienen?
La formación de los eclipses se debe a la alineación de la Tierra, la Luna y el Sol en el espacio. Estos tres astros no siempre están alineados, sino que siguen órbitas diferentes y con cierta inclinación. Por eso, los eclipses no ocurren todos los meses, sino solo cuando coinciden las fases lunares con los nodos de la órbita lunar. Los nodos son los puntos donde la órbita de la Luna cruza el plano de la órbita de la Tierra alrededor del Sol.
Hay dos tipos principales de eclipses que involucran a la Tierra, la Luna y el Sol: los eclipses solares y los eclipses lunares.
Eclipse solar: ocurre cuando la Luna se posiciona entre la Tierra y el Sol, bloqueando total o parcialmente la luz solar y proyectando una sombra sobre la superficie terrestre. Este fenómeno solo es visible desde una estrecha franja de la Tierra. Hay tres tipos de eclipses solares: total, parcial y anular.
- Eclipse solar total: la Luna cubre completamente el disco solar, y solo se puede observar la corona del Sol. Este fenómeno es el más espectacular y el más raro de todos.
- Eclipse solar parcial: la Luna solo cubre una parte del Sol, y el efecto visual es que el Sol parece tener un «mordisco».
- Eclipse solar anular: la Luna se encuentra más lejos de la Tierra en su órbita, por lo que su tamaño aparente es menor que el del Sol. Durante este tipo de eclipse, la Luna no cubre completamente el Sol, dejando un anillo brillante de luz solar visible alrededor de su borde.
Eclipse lunar: se produce cuando la Tierra se interpone entre la Luna y el Sol, proyectando su sombra sobre la superficie lunar. Este fenómeno es visible desde cualquier lugar de la Tierra donde sea de noche. Hay dos tipos de eclipses lunares: total y parcial.
- Eclipse lunar total: la Luna pasa completamente por la sombra de la Tierra, adquiriendo un tono rojizo debido a la dispersión de la luz en la atmósfera terrestre. Este fenómeno también se conoce como «Luna de sangre».
- Eclipse lunar parcial: solo una parte de la Luna atraviesa la sombra de la Tierra, lo que provoca que una sección de la superficie lunar se oscurezca.
Los eclipses ocurren en ciclos regulares llamados saros, que duran unos 18 años y 11 días. Cada ciclo contiene una serie de eclipses solares y lunares que se repiten con ciertas variaciones. Los eclipses también se pueden clasificar según las familias a las que pertenecen dentro del ciclo saros.
Los eclipses tienen diversos efectos sobre la naturaleza y las personas. Algunos de estos efectos son:
- Efecto térmico: los eclipses alteran el equilibrio térmico entre el día y la noche, provocando un descenso de temperatura durante su duración.
- Efecto gravitatorio: los eclipses generan una mayor atracción gravitatoria entre los tres cuerpos celestes involucrados, lo que afecta a las mareas y a algunos fenómenos geológicos.
- Efecto biológico: los eclipses influyen en el comportamiento de algunos animales y plantas, que se confunden al percibir un cambio repentino de luz y temperatura.
- Efecto psicológico: los eclipses causan diversas reacciones emocionales en las personas, que pueden ir desde la admiración y el asombro hasta el miedo y la superstición.