Los samuráis fueron una clase de guerreros que surgieron en el siglo X en Japón y que prestaron servicio militar hasta el siglo XIX. Fueron soldados de élite y altamente entrenados, expertos en el uso del arco y la espada, y un componente esencial de los ejércitos japoneses en la época medieval. Los samuráis se regían por un código de honor llamado bushidō, que les exigía lealtad, valentía, disciplina y respeto. Los samuráis fueron también protagonistas de la historia política y cultural de Japón, ya que formaron parte de un sistema de gobierno militar liderado por el shōgun, un dictador que ejercía el poder real en nombre del emperador. En este artículo te contamos cómo vivían los samuráis, cuáles eran sus costumbres, su educación, su vestimenta, su armamento y su filosofía.
La vida cotidiana de los samuráis
Los samuráis vivían en casas de madera, con techos cubiertos de paja. El tamaño de la vivienda dependía del rango y la riqueza del samurái. Las casas solían tener paredes interiores con paneles móviles, que permitían modificar el espacio según las necesidades. El suelo estaba cubierto de tatamis, unas esteras de paja sobre las que se sentaban y dormían. Los muebles eran escasos y sencillos: una mesa baja, unos cojines, unos armarios y unos biombos. Los samuráis solían tener un altar budista o sintoísta en su casa, donde rezaban y ofrecían ofrendas a sus ancestros y a sus dioses.
Los samuráis se alimentaban principalmente de arroz, pescado, verduras y sopa. La carne estaba prohibida por el budismo, la religión mayoritaria entre los samuráis. El sake, una bebida alcohólica hecha de arroz fermentado, era muy apreciado por los samuráis, especialmente en las celebraciones y las fiestas. Los samuráis también practicaban el ritual del té, una ceremonia refinada y simbólica que expresaba los valores de armonía, respeto, pureza y tranquilidad.
Los samuráis se vestían con kimonos, unas túnicas largas y amplias que se sujetaban con un cinturón llamado obi. El color y el diseño del kimono indicaban el estatus social del samurái. Los kimonos podían ser de seda o de algodón, según la estación del año. Los samuráis también llevaban unos pantalones anchos llamados hakama, unas sandalias de paja llamadas zori o unas botas altas llamadas geta. Los samuráis se peinaban con un moño alto llamado chonmage, que dejaba al descubierto la parte superior de la cabeza. Esta forma de peinarse era una señal de identidad y orgullo para los samuráis.
La educación y el entrenamiento de los samuráis
Los samuráis recibían una educación muy completa desde la infancia. Aprendían a leer y a escribir el idioma japonés y el chino clásico, así como historia, literatura, poesía, caligrafía y filosofía. También estudiaban las artes marciales, como el tiro con arco (kyūdō), la esgrima (kenjutsu), la lanza (sōjutsu), el bastón (jōjutsu) o el combate cuerpo a cuerpo (jūjutsu). Además, se instruían en otras disciplinas artísticas como la pintura, la música o la cerámica.
Los samuráis se entrenaban diariamente para mantenerse en forma y mejorar sus habilidades. Practicaban con armas reales o con réplicas de madera llamadas bokken. También realizaban ejercicios físicos como correr, saltar o nadar. Los samuráis meditaban para fortalecer su mente y su espíritu. Seguían las enseñanzas del budismo zen, una escuela que enfatizaba la iluminación a través de la intuición y la experiencia directa. El zen les ayudaba a concentrarse, a controlar sus emociones y a enfrentarse a la muerte sin miedo.
El armamento y el combate de los samuráis
Los samuráis usaban una gran variedad de armas, pero la más importante y emblemática era la espada. La espada era el símbolo del alma del samurái, y se le rendía un culto especial con respeto y veneración. Los samuráis llevaban dos espadas: una larga llamada katana y una corta llamada wakizashi. La combinación de ambas se conocía como daishō, que significa \»el grande y el pequeño\». La katana se usaba para el combate a distancia, mientras que la wakizashi se usaba para el combate cuerpo a cuerpo o para el suicidio ritual llamado seppuku.
Las espadas de los samuráis eran obras de arte, creadas por maestros herreros que seguían un proceso complejo y delicado. El acero se calentaba, se doblaba, se martillaba y se enfriaba repetidamente hasta obtener una hoja curva, afilada y resistente. La hoja se pulía y se decoraba con motivos geométricos o florales. El mango se cubría con piel de raya o de tiburón y se envolvía con seda o cuero. La guarda se hacía de metal o de madera y podía tener formas variadas. La vaina se hacía de madera lacada y podía tener incrustaciones de oro o plata.
Los samuráis también usaban otras armas como el arco (yumi), la lanza (yari), el bastón (jō), el abanico de guerra (tessen), las dagas (tantō), las hachas (ono), las cadenas (kusari) o las armas de fuego (teppō). Estas últimas fueron introducidas por los portugueses en el siglo XVI y tuvieron un gran impacto en las tácticas de guerra.
Los samuráis combatían siguiendo unas normas de conducta basadas en el honor, la lealtad y el valor. Se enfrentaban a sus enemigos con valentía, sin retroceder ni rendirse. A veces, retaban a duelo a un adversario concreto, al que llamaban por su nombre y le anunciaban su linaje y sus hazañas. Si vencían, cortaban la cabeza de su rival como trofeo. Si morían, lo hacían con dignidad, sin mostrar dolor ni miedo. Los samuráis que perdían el honor por alguna razón podían recuperarlo practicando el seppuku, un suicidio ritual que consistía en abrirse el vientre con una daga.
Los samuráis participaron en numerosas guerras a lo largo de la historia de Japón, defendiendo los intereses de sus señores o del shōgun. Algunas de las más importantes fueron las guerras Genpei (1180-1185), entre los clanes Minamoto y Taira; las invasiones mongolas (1274-1281), repelidas por los samuráis; el periodo Sengoku (1467-1603), una época de guerra civil entre los distintos señores feudales; las invasiones a Corea (1592-1598), dirigidas por Toyotomi Hideyoshi; el asedio de Osaka (1614-1615), que supuso el fin del poder de los Toyotomi; y la guerra Boshin (1868-1869), que enfrentó al shogunato Tokugawa con el emperador Meiji.
La filosofía y la cultura de los samuráis
Los samuráis seguían un código ético llamado bushidō, que significa \»el camino del guerrero\». El bushidō era un conjunto de principios que regulaban la conducta de los samuráis en todos los aspectos de su vida. Algunos de estos principios eran:
- Gi: la justicia, la rectitud, el cumplimiento del deber.
- Yu: el valor, el coraje, la audacia.
- Jin: la benevolencia, la compasión, el respeto por los demás.
- Rei: la cortesía, la etiqueta, la educación.
- Makoto: la sinceridad, la honestidad, la fidelidad.
- Meiyo: el honor, la gloria, la reputación.
- Chugi: la lealtad, la devoción, el sacrificio.
- Jisei: el autocontrol, la disciplina, la serenidad.
Los samuráis se inspiraban en las enseñanzas del budismo, el sintoísmo y el confucianismo para seguir el bushidō. El budismo les ofrecía una visión de la vida y de la muerte basada en el karma, el renacimiento y la iluminación. El sintoísmo les conectaba con las fuerzas de la naturaleza y con los espíritus de sus antepasados. El confucianismo les inculcaba el respeto por las jerarquías sociales y los valores morales.
Los samuráis también cultivaban las artes y las letras como forma de expresión y de refinamiento. Algunos de los géneros literarios que practicaban eran la poesía (waka, haiku), el teatro (nō, kabuki), la novela (monogatari) o el ensayo (zuihitsu). Algunos de los autores samuráis más famosos fueron Murasaki Shikibu, autora de la novela Genji monogatari; Yoshida Kenkō, autor del ensayo Tsurezuregusa; Matsuo Bashō, maestro del haiku; o Miyamoto Musashi, autor del tratado El libro de los cinco anillos.
Los samuráis también se destacaron en las artes plásticas, como la pintura (sumi-e, ukiyo-e), la caligrafía (shodō), la escultura (butsuzō), la cerámica (raku) o la arquitectura (shoin-zukuri). Algunos de los artistas samuráis más reconocidos fueron Sesshū Tōyō, maestro del sumi-e; Hokusai Katsushika, creador del ukiyo-e; Sen no Rikyū, fundador de la ceremonia del té; o Kano Eitoku, pintor de biombos.
Los samuráis también practicaban otras actividades culturales como la música (gagaku, biwa), el baile (bugaku), el arreglo floral (ikebana), el tiro con arco a caballo (yabusame) o el juego de mesa (go).
El legado de los samuráis
Los samuráis desaparecieron como clase social en el siglo XIX, cuando el emperador Meiji restauró su poder y abolió el sistema feudal. Sin embargo, su legado perdura hasta nuestros días en la historia, la cultura y la identidad de Japón. Los samuráis son recordados como héroes que defendieron su país con honor y valor. Sus historias han inspirado numerosas obras de arte, literatura y cine. Sus valores y su filosofía siguen influyendo en la mentalidad y el comportamiento de los japoneses. Los samuráis son un símbolo de Japón y una fuente de admiración y respeto en todo el mundo.