El descubrimiento de Machu Picchu, la espectacular ciudadela Inca ubicada en Perú, ha sido atribuido durante mucho tiempo al explorador estadounidense Hiram Bingham. Sin embargo, recientes descubrimientos han revelado que fue un agricultor peruano llamado Agustín Lizárraga quien hizo el descubrimiento real nueve años antes que Bingham.
En julio de 1902, Lizárraga descubrió Machu Picchu y dejó un testimonio de su hallazgo en una piedra con una inscripción hecha en un muro del Templo de las Tres Ventanas, donde puso su nombre y la fecha. Sin embargo, según los informes, Bingham vio esta inscripción pero la mandó borrar, argumentando razones de conservación.
A pesar de este acto de vandalismo, existen numerosas pruebas y testimonios que apuntan a Lizárraga como el verdadero descubridor de Machu Picchu, y muchos están tratando de recuperar su figura y reconocer su proeza. El ingeniero peruano Américo Rivas incluso escribió un libro sobre Lizárraga en el año en que se celebró el centenario del «descubrimiento» de Bingham.
Lizárraga era un agricultor que llegó a la Hacienda Collpani en busca de trabajo y organizó una expedición para encontrar nuevas tierras para la agricultura. Cuando descubrió la ciudadela, reconoció de inmediato su importancia y certificó su hallazgo con la inscripción que Bingham posteriormente borró.
El Santuario Histórico de Machu Picchu es uno de los sitios más icónicos y visitados de Perú, Patrimonio de la Humanidad y declarado como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno. Construido por el emperador Inca Pachacútec alrededor del siglo XV como su residencia de descanso, es una obra maestra de la arquitectura y la cultura inca.
Aunque Bingham ha sido ampliamente considerado como el descubridor de Machu Picchu, la verdad es que fue un agricultor peruano quien hizo el hallazgo real. Este descubrimiento es un testimonio del valor de la casualidad y la importancia de reconocer las contribuciones de aquellos que a menudo quedan en el olvido. La figura de Agustín Lizárraga debería ser reconocida y honrada por su proeza y su papel en la historia de este sitio icónico.