En 1975, el arqueólogo francés Claude Chauchat descubrió en Paiján, ubicado en la margen norte del río Chicama en La Libertad, los restos óseos más antiguos y completos del Perú. Entre los restos se encontraba un adolescente de 12 a 13 años y una mujer joven de 25 años, quienes fueron enterrados sobre una capa de ceniza.
Los estudios radiocarbónicos realizados a los restos humanos indican que tienen una antigüedad de 10 200 años a.C., lo que significa que pertenecen a la época precerámica y son anteriores a la cultura Caral, considerada como la civilización más antigua de América.
Además de los restos humanos, se han encontrado en la zona fósiles de un caballo prehistórico y grandes elefantes. Los paijanenses, como se les conoce a los habitantes prehistóricos de la zona, también se dedicaban a la recolección de frutos, pero se cree que preferían la pesca de mariscos.
Este hallazgo es de gran importancia para la historia prehistórica del Perú, ya que permite conocer más sobre las primeras culturas que habitaron nuestro país y su estilo de vida. Asimismo, la ubicación geográfica de los restos sugiere que la zona de Paiján fue una importante zona de tránsito y asentamiento para las primeras poblaciones humanas que llegaron a Sudamérica.