Una de las creencias más extendidas en Perú es la de que la administración de Machu Picchu está en manos chilenas. Sin embargo, esto no es cierto. La Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco, adjunta al Ministerio de Cultura, es la entidad encargada de administrar la ciudadela, y por lo tanto, el Estado peruano es el dueño absoluto del Parque Arqueológico de Machu Picchu.
PeruRail no está administrada por chilenos
Otra afirmación errónea es que PeruRail, la empresa que ofrece servicios de transporte hacia Machu Picchu, está administrada por capitales chilenos. En realidad, la empresa está administrada por extranjeros, pero no son chilenos. Anteriormente conocida como ENAFER (Empresa Nacional de Ferrocarriles del Perú), fue privatizada por el presidente Fujimori y se convirtió en PeruRail.
En un principio, la empresa fue adquirida por la empresa británica Belmont, la cual formó un consorcio con los capitales peruanos. Posteriormente, fue vendida a los franceses, y en la actualidad está administrada por este país europeo. Es importante señalar que PeruRail no es un monopolio, ya que compite en el rubro con Inca Rail.
Consettur, la empresa de buses que presta servicios hacia Machu Picchu, no es chilena
Finalmente, otra afirmación errónea es que Consettur, la empresa de buses que presta servicios desde el pueblo de Machu Picchu hasta el parque arqueológico, es chilena. Esto no es cierto, ya que la empresa está conformada por capitales peruanos de personas que viven en la zona. Consettur ganó una licitación para operar en la carretera Hiram Bingham por un periodo de 10 años, tiempo que ya ha vencido. La empresa tiene 60 accionistas mayoritarios y 200 accionistas minoritarios, y ha sido rentable durante sus más de 20 años de operación.
En resumen, la idea de que Machu Picchu está administrada por chilenos es un mito que debe ser desmentido. La ciudadela está administrada por el Estado peruano a través de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco, mientras que PeruRail y Consettur son empresas administradas por extranjeros y peruanos respectivamente, pero no por chilenos. Es importante aclarar estos puntos para evitar malentendidos y promover una visión más precisa de la realidad en torno a uno de los patrimonios culturales más importantes del mundo.