El 1 de febrero de 1985, el Papa Juan Pablo II llegó al Perú, convirtiéndose en el primer líder de la Iglesia católica en visitar este país. Su visita llegó en medio de los atentados terroristas que se desarrollaba en Ayacucho, una de las regiones más afectadas por la violencia.
Durante su estadía en el país, el papa recorrió varias ciudades, incluyendo Lima, el Callao, Arequipa, Piura, Trujillo, Cusco e Iquitos. Además de reunirse con autoridades gubernamentales, empresarios y líderes religiosos, Juan Pablo II también visitó hogares de ancianos, orfanatos y cárceles, donde se reunió con reclusos y sus familias.
Sin embargo, uno de los momentos más destacados de su visita fue su discurso en Ayacucho, donde el Papa hizo un llamado a la paz y la reconciliación en medio del conflicto armado interno que estaba en su apogeo. En su discurso, el Papa también expresó su rechazo al comunismo y a la violencia en todas sus formas.
La visita del Papa Juan Pablo II al Perú tuvo un impacto profundo en la sociedad peruana, que se encontraba lidiando con los efectos del terrorismo y la crisis económica. La presencia del Papa fue vista como una señal de esperanza y un llamado a la unidad en un momento de gran dificultad para el país.
La segunda visita del Papa al Perú tuvo lugar en 1988, con motivo del Congreso Eucarístico Nacional. A lo largo de su papado, Juan Pablo II visitó América Latina en varias ocasiones, convirtiéndose en un líder espiritual y una figura de inspiración para millones de personas en todo el continente.