Las fuentes termales son lugares donde brota agua caliente del suelo, con una temperatura superior a la del ambiente. Estas aguas suelen tener propiedades minerales y terapéuticas, y son aprovechadas para fines recreativos, medicinales y energéticos. ¿Cómo se forman las fuentes termales? ¿Qué tipos hay? ¿Dónde se encuentran? ¿Qué beneficios tienen?
La formación de las fuentes termales se debe a la filtración de agua de lluvia o de nieve, que penetra en las capas inferiores de la tierra y se calienta al entrar en contacto con rocas o magma a altas temperaturas. El agua caliente, al tener menor densidad que el agua fría, tiende a ascender por fisuras o fallas geológicas hasta salir a la superficie.
La temperatura del agua que sale de las fuentes termales depende de la profundidad a la que se haya calentado y de la distancia que haya recorrido hasta emerger. Según su temperatura, las fuentes termales se pueden clasificar en:
- Hipotermales: son las que tienen una temperatura inferior a 35°C. Son las más comunes y se encuentran en zonas de baja actividad geotérmica.
- Mesotermales: son las que tienen una temperatura entre 35°C y 45°C. Son menos frecuentes y se encuentran en zonas de moderada actividad geotérmica.
- Hipertermales: son las que tienen una temperatura superior a 45°C. Son las más raras y se encuentran en zonas de alta actividad geotérmica, como volcanes o fallas activas.
La composición química del agua que sale de las fuentes termales depende de los minerales que haya disuelto en su recorrido por el subsuelo. Según su composición, las fuentes termales se pueden clasificar en:
- Bicarbonatadas: son las que contienen bicarbonato como principal componente. Tienen un pH alcalino y un sabor ligeramente salado. Son beneficiosas para el aparato digestivo y la piel.
- Sulfatadas: son las que contienen sulfato como principal componente. Tienen un pH ácido y un sabor amargo. Son beneficiosas para el hígado y la vesícula biliar.
- Cloruradas: son las que contienen cloruro como principal componente. Tienen un pH neutro y un sabor salado. Son beneficiosas para el aparato respiratorio y el sistema nervioso.
- Ferruginosas: son las que contienen hierro como principal componente. Tienen un color rojizo y un sabor metálico. Son beneficiosas para la anemia y la circulación sanguínea.
- Sulfurosas: son las que contienen azufre como principal componente. Tienen un olor característico a huevo podrido y un sabor desagradable. Son beneficiosas para las afecciones reumáticas y dermatológicas.
Las fuentes termales se encuentran repartidas por todo el mundo, pero son más abundantes en zonas de alta actividad geotérmica, como los bordes de las placas tectónicas o los puntos calientes. Algunos ejemplos de fuentes termales famosas son:
- Yellowstone: es el parque nacional más antiguo del mundo, situado en Estados Unidos. Alberga más de 10 000 fuentes termales, entre ellas el géiser Old Faithful, que entra en erupción cada 90 minutos aproximadamente.
- Islandia: es el país con mayor proporción de fuentes termales por habitante, debido a su ubicación sobre una zona volcánica activa. Entre sus fuentes termales más conocidas están la Laguna Azul, el Círculo Dorado o el Valle Geotérmico de Hverir.
- Japón: es el país con mayor número de fuentes termales del mundo, con más de 27 000. Estas fuentes termales se llaman onsen y son parte de la cultura y la tradición japonesa. Algunos de los onsen más famosos son el de Beppu, el de Hakone o el de Kusatsu.
- Perú: es el país con mayor diversidad de fuentes termales de Sudamérica, debido a su ubicación sobre la cordillera de los Andes. Entre sus fuentes termales más destacadas están las de Aguas Calientes, las de Churín o las de Colca.
Los beneficios de las fuentes termales son múltiples, tanto para la salud como para el bienestar. Algunos de estos beneficios son:
- Relajación: el agua caliente ayuda a relajar los músculos, las articulaciones y la mente, reduciendo el estrés y la ansiedad.
- Hidratación: el agua mineral aporta hidratación a la piel, mejorando su aspecto y su elasticidad.
- Desintoxicación: el agua mineral ayuda a eliminar las toxinas del organismo, favoreciendo el funcionamiento del hígado y los riñones.
- Estimulación: el agua mineral estimula la circulación sanguínea, el sistema inmunológico y el metabolismo, mejorando la salud general.
- Curación: el agua mineral tiene propiedades antisépticas, antiinflamatorias y cicatrizantes, que ayudan a curar heridas, infecciones y enfermedades crónicas.
Las fuentes termales son un recurso natural valioso, que ofrece numerosas ventajas para la salud y el ocio. Sin embargo, también hay que tener en cuenta algunas precauciones y recomendaciones para su uso adecuado, como:
- Consultar con un médico: antes de usar una fuente termal, es conveniente consultar con un médico si se tiene alguna condición médica, como hipertensión, diabetes o embarazo.
- Respetar los tiempos: no se debe permanecer más de 20 minutos en una fuente termal, ni entrar más de dos veces al día. Se debe alternar con baños de agua fría o descansos en zonas sombreadas.
- Beber agua: se debe beber mucha agua antes, durante y después de usar una fuente termal, para evitar la deshidratación y la pérdida de minerales.
- Evitar el alcohol: se debe evitar consumir alcohol antes o después de usar una fuente termal, ya que puede aumentar los efectos del calor y provocar mareos o desmayos.
- Cuidar el medio ambiente: se debe respetar el entorno natural donde se encuentran las fuentes termales, no arrojar basura ni contaminar el agua.