La Semana Santa es una de las celebraciones más importantes del cristianismo, que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Sin embargo, a diferencia de otras fiestas como la Navidad o el Año Nuevo, la Semana Santa no tiene una fecha fija en el calendario. ¿A qué se debe este cambio?
La respuesta está en el origen de la Semana Santa, que se basa en el calendario lunar judío. Según este calendario, la Pascua judía o Pesaj se celebra el día 15 del mes de Nisán, que corresponde al primer mes del año según la Biblia. Este mes coincide aproximadamente con el mes de marzo o abril del calendario gregoriano, que es el que usamos actualmente.
Para los cristianos, la Pascua es el día en que Jesús resucitó al tercer día de haber sido crucificado. Según los evangelios, Jesús celebró la última cena con sus discípulos la noche anterior a su muerte, coincidiendo con la Pascua judía. Por eso, los cristianos decidieron celebrar la Pascua el primer domingo después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera.
De esta forma, la fecha de la Pascua cristiana depende de tres factores: el calendario lunar, el equinoccio de primavera y el día de la semana. Estos factores pueden variar según el año y el lugar, por lo que la Pascua puede caer entre el 22 de marzo y el 25 de abril. La Semana Santa se calcula a partir de la Pascua, siendo el Domingo de Ramos el domingo anterior y el Sábado Santo el día anterior.
Así pues, la Semana Santa cambia de fecha cada año porque sigue un criterio astronómico y religioso que no coincide con el calendario civil. Esto hace que cada año tengamos que consultar el calendario para saber cuándo cae esta fiesta tan especial.