Los esquimales son los habitantes de las regiones árticas y subárticas de América del Norte, Groenlandia y Siberia. El término esquimal es considerado despectivo por algunos de ellos, que prefieren llamarse inuit, que significa personas o seres humanos en su lengua.
Los esquimales tienen una cultura y un modo de vida adaptados al frío extremo y a las condiciones ambientales de su territorio. Entre sus costumbres más conocidas y curiosas está la forma en que se saludan y se besan: frotándose la nariz.
¿Cuál es el origen y el significado de este gesto? ¿Es cierto que los esquimales se besan así porque sus labios se congelarían si lo hicieran de otra forma? ¿Es un saludo exclusivo de los esquimales o lo comparten con otros pueblos? Estas son algunas de las preguntas que intentaremos responder en este artículo.
El origen del saludo
El saludo de frotarse la nariz se llama kunik en la lengua inuktitut, y consiste en presionar la nariz y el labio superior contra la piel o el cabello de otra persona y aspirar su aroma. Es una forma de expresar afecto, cariño y amor entre familiares y amigos cercanos.
El origen de este saludo se remonta a tiempos ancestrales, cuando los esquimales vivían en iglús de nieve y se cubrían con pieles de animales para protegerse del frío. La única parte del cuerpo que quedaba expuesta era la nariz, por lo que era el único medio para mostrar afecto físico.
Además, el kunik también servía para reconocer a las personas por su olor, ya que la visión podía ser engañosa debido a la oscuridad o a las capas de ropa. Así, los esquimales se saludaban frotándose la nariz para identificarse y demostrarse confianza y respeto.
El mito del beso esquimal
La idea de que los esquimales se besan frotándose la nariz es un mito que se originó con el cineasta estadounidense Robert J. Flaherty. En 1922, dirigió el documental Nanook of the North, en el que filmó la vida de los inuit en el Ártico canadiense.
Durante la película, captó la escena de una madre inuit que realizaba un kunik con su bebé, colocando su nariz en la mejilla del niño y aspirando su aroma. Flaherty llamó a este acto un beso esquimal, y pronto se extendió la idea de que era la forma habitual de besarse entre los esquimales.
Sin embargo, esto no es cierto. Los esquimales se besan con los labios como otras personas de todo el mundo, y no tienen ningún problema para hacerlo, ya que sus labios no se congelan ni se pegan. El kunik no es un beso, sino un saludo afectuoso que no implica contacto labial ni intercambio de saliva.
La difusión del saludo
El saludo de frotarse la nariz no es exclusivo de los esquimales, sino que lo comparten con otros pueblos indígenas de América del Norte, como los aleutas, los yupik y los athabaskan. También se ha documentado en otras regiones del mundo, como Oceanía, África y Asia.
En algunos casos, el saludo puede tener un origen común con el de los esquimales, debido a contactos históricos o culturales. En otros casos, puede ser una coincidencia o una adaptación a condiciones climáticas similares. En cualquier caso, el saludo tiene un valor simbólico y emocional para quienes lo practican.
Hoy en día, el saludo de frotarse la nariz se ha popularizado y se ha convertido en un gesto de ternura y complicidad entre parejas, padres e hijos, o amigos íntimos. También se ha utilizado en el cine, la televisión, la literatura y el arte como una forma de representar el amor y la amistad.
Frotarse la nariz es, por tanto, una forma de comunicación no verbal que expresa sentimientos y emociones. Es una forma de acercarse y compartir con otra persona, de crear un vínculo y una intimidad. Es una forma de decir te quiero sin palabras.