La historia de la familia Túpac Amaru es una de las más trágicas de la época colonial en Hispanoamérica. José Gabriel Túpac Amaru II lideró una rebelión anticolonial que fue sofocada por las fuerzas españolas en 1781, y como resultado, él y su familia fueron brutalmente reprimidos.
Después del asesinato de sus padres, Fernando Túpac Amaru, de tan solo 10 años de edad, y su hermano Mariano de 18, junto con todos los que llevaban el apellido Túpac Amaru o Bastidas, fueron obligados a caminar desde Cusco a Lima, un viaje que les llevó setenta días. Finalmente, fueron encarcelados en el castillo Real Felipe y tres años después, fueron embarcados hacia España.
En el viaje, Mariano falleció, y Fernando y los demás sobrevivientes llegaron a España, donde fueron encarcelados y sometidos a una estricta vigilancia por las autoridades españolas. Fernando Túpac Amaru, el último sobreviviente de la familia Túpac Amaru, murió en Madrid a los 30 años.
El tío de Fernando, Juan Bautista Túpac Amaru, quien también había sido encarcelado en el castillo Real Felipe, salió libre y apoyó la independencia de Argentina. Juan Bautista se convirtió en uno de los líderes de la lucha por la independencia de América Latina y fue reconocido como uno de los héroes de la Revolución de Mayo de 1810.
La historia de la familia Túpac Amaru es un recordatorio de la brutalidad del colonialismo español en América Latina y de la valentía y resistencia de aquellos que lucharon por la libertad y la independencia. La memoria de Túpac Amaru II y su familia sigue siendo venerada por muchos en América Latina y su legado sigue inspirando la lucha por la justicia y la igualdad.