El síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades significativas en la interacción social y la comunicación no verbal, junto con patrones de comportamiento e intereses restringidos y repetitivos.
Aunque el síndrome de Asperger ya no se considera un diagnóstico independiente, sino que se ha fusionado con otros trastornos en el trastorno del espectro autista (TEA), se solía diferenciar de otros diagnósticos dentro del TEA por tener un lenguaje hablado y una inteligencia relativamente poco alterados.
El síndrome lleva el nombre del pediatra austriaco Hans Asperger, quien describió a unos niños a su cargo que tenían dificultades para entablar amistad, no entendían los gestos ni los sentimientos de los demás, mantenían conversaciones unilaterales sobre sus intereses favoritos y eran torpes.
Las personas con síndrome de Asperger pueden experimentar problemas en la interacción social, la comunicación no verbal y el comportamiento repetitivo. Algunos de los síntomas comunes incluyen:
1.-Problemas de interacción social y comunicación no verbal.
2.-Intereses restringidos y comportamiento repetitivo.
3.-Dificultad para evaluar los sentimientos de otros y “leer” a otras personas.
4.-Problemas para entender el humor.
5.-Sensibilidad al ruido, al tacto, al olor o a los gustos.
Si bien no existe un tratamiento único para el síndrome de Asperger, las intervenciones conductuales y educativas pueden ayudar a controlar la condición con éxito. Algunas opciones de tratamiento incluyen capacitación en habilidades sociales, terapia del habla y del lenguaje, y terapia cognitiva conductual.