Hermann Goering, un alto funcionario nazi y uno de los principales acusados en los Juicios de Núremberg, se comportó de manera desafiante y a menudo mostró indiferencia o desprecio hacia el tribunal y sus acusadores durante el proceso. Su comportamiento, que incluyó risas y actitudes desafiantes, fue interpretado de diversas maneras:
1.-Actitud desafiante: Goering estaba bien consciente de la gravedad de las acusaciones en su contra y sabía que enfrentaba la pena de muerte si era declarado culpable. Su comportamiento desafiante y sus risas podrían haber sido un intento de mostrarse indiferente ante el tribunal y sus acusadores, o de mantener una actitud de superioridad.
2.-Estrategia de defensa: Goering también podría haber adoptado esta actitud como parte de su estrategia de defensa. Al mostrar desprecio por el proceso, podría haber estado tratando de erosionar la credibilidad de los juicios y pintarlos como un ejercicio de victoria de los Aliados sobre los vencidos.
3.-Personalidad narcisista: Goering era conocido por su personalidad narcisista y su alto sentido de sí mismo. Esto podría haber influido en su comportamiento durante los juicios, ya que se veía a sí mismo como un líder y un hombre de poder, incluso en ese momento.
Es importante señalar que el comportamiento de Goering en los Juicios de Núremberg no fue bien recibido por el tribunal ni por la opinión pública. Los juicios fueron un intento de responsabilizar a los líderes nazis por los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad cometidos durante la Segunda Guerra Mundial, y Göring fue declarado culpable de la mayoría de los cargos en su contra. Murió por suicidio antes de ser ejecutado, tomando veneno en su celda.
En última instancia, su comportamiento en los juicios fue una manifestación de su personalidad, su percepción de sí mismo y su actitud hacia el proceso. No cambió el resultado legal de los juicios ni las condenas posteriores.