La pobreza es una situación en la que no se pueden satisfacer las necesidades básicas de una persona, como la alimentación, la vivienda, la educación, la salud o el agua potable. Según la ONU, uno de cada cinco habitantes del mundo vive en situación de pobreza o pobreza extrema.
Pero la pobreza no solo es una cuestión material, sino también mental. La forma en que pensamos y actuamos influye en nuestra situación económica y en nuestras posibilidades de progreso. Hay hábitos y actitudes que nos mantienen en la pobreza y nos impiden alcanzar nuestros sueños.
Si quieres ser pobre toda tu vida, sigue estos consejos prácticos:
No ahorres ni inviertas. Gasta todo lo que ganas y más. No te preocupes por el futuro ni por tener un colchón financiero para emergencias. Vive al día y disfruta del dinero sin pensar en las consecuencias. No te eduques financieramente ni busques opciones para hacer crecer tu dinero.
No te capacites ni estudies. Piensa que ya sabes todo lo que necesitas y que no vale la pena seguir aprendiendo. No te actualices ni te adaptes a los cambios del mercado laboral. No busques mejorar tus habilidades ni adquirir nuevos conocimientos. No te intereses por nada más que por lo que ya conoces.
No emprendas ni innoves. Prefiere la seguridad de un empleo fijo aunque no te guste ni te pague bien. No arriesgues ni salgas de tu zona de confort. No busques oportunidades ni soluciones a los problemas. No creas en tus ideas ni en tu potencial. No te atrevas a hacer algo diferente.
No tengas metas ni planes. Vive sin rumbo ni propósito. No te fijes objetivos ni plazos. No tengas una visión ni una misión. No te motives ni te comprometas con nada. No midas tus resultados ni celebres tus logros. No te evalúes ni te corrijas.
No seas responsable ni proactivo. Culpa a los demás o a las circunstancias de tu situación. No asumas tu papel ni tus decisiones. No busques soluciones ni alternativas. No actúes ni cambies. Espera que alguien más lo haga por ti o que la suerte te favorezca.
No seas positivo ni agradecido. Quejate de todo y de todos. Enfócate en lo que te falta y no en lo que tienes. Critica y envidia a los que tienen más o mejor que tú. No reconozcas tus fortalezas ni tus oportunidades. No valores lo que has logrado ni lo que has aprendido.
No te relaciones ni colabores. Aíslate y desconfía de los demás. No te comuniques ni te expreses. No escuches ni aprendas de los que saben más o tienen más experiencia que tú. No pidas ayuda ni ofrezcas ayuda. No te unas ni participes de ningún grupo o comunidad.
No sueñes ni disfrutes. Piensa que la vida es dura y que no hay nada que puedas hacer para mejorarla. No tengas ilusiones ni esperanzas. No te diviertas ni te relajes. No hagas lo que te apasiona ni lo que te hace feliz.
Si sigues estos consejos, te garantizamos que serás pobre toda tu vida, tanto en lo material como en lo espiritual. Pero si quieres cambiar tu situación y alcanzar todo lo que quieres, haz todo lo contrario: ahorra, invierte, capacítate, estudia, emprende, innova, planifica, actúa, asume, soluciona, piensa, agradece, relacionate, colabora, sueña y disfruta.
La pobreza no es una condición permanente, sino una circunstancia que se puede superar con esfuerzo, educación y actitud. Tú tienes el poder de transformar tu realidad y la de los que te rodean. Solo depende de ti.