La historia de Gianluca Lapadula en la Selección Peruana no solo ha estado marcada por sus destacadas actuaciones en el terreno de juego, sino también por su conexión única con la afición. El «Bambino» se ha convertido en un referente y un motivo de esperanza para los seguidores peruanos, pero su camino hacia el éxito no siempre fue fácil.
Antes de alcanzar la gloria en la Serie A y convertirse en el jugador estrella del Cagliari, Lapadula enfrentó momentos difíciles en su vida. Desde pequeño, tuvo que trabajar junto a sus padres en la tienda familiar de flores, enfrentándose a la escasez y aprendiendo las lecciones valiosas de la vida desde una edad temprana.
En una entrevista reciente con «Gol Perú», el delantero italiano compartió detalles sobre su experiencia laboral antes de dedicarse al fútbol profesional. «Mis hermanos y yo ayudábamos a mis padres a trabajar en la tienda que teníamos de flores. Por ejemplo, yo cambiaba el agua de las flores y limpiaba el piso. Trataba de hacer lo mejor posible. Trabajar, estudiar y jugar al fútbol era algo entretenido para mí», confesó Lapadula.
El «Bambino» también destacó la influencia de su padre en su educación, expresando: «A mí papá le gustaba que yo vaya al colegio y también estar en los entrenamientos. No era el mejor de la clase, me encantaba jugar con la pelota. De chico siempre admiré a Del Piero».
A pesar de los obstáculos, Lapadula no solo demostró su habilidad en el fútbol, sino también su dedicación y perseverancia en cada aspecto de su vida. Su historia de superación ha resonado profundamente en el corazón de los aficionados peruanos, convirtiéndolo en uno de los jugadores más queridos y respetados dentro de la Selección.
Con su carisma, pasión por los colores nacionales y rendimiento destacado en el campo de juego, Gianluca Lapadula se ha ganado un lugar especial en el corazón de la afición peruana, convirtiéndose en el «Bambino» querido que inspira y motiva a todos aquellos que siguen su trayectoria.