La población mundial está envejeciendo a un ritmo acelerado. Según las proyecciones de las Naciones Unidas, el porcentaje de personas mayores de 60 años pasará del 12% al 22% entre 2015 y 2050. Esto significa que el número de personas mayores se duplicará, de 1000 millones a 2100 millones, en solo 35 años.
Este fenómeno demográfico es el resultado de la disminución de la fecundidad y el aumento de la esperanza de vida en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, la esperanza de vida al nacer ha aumentado en más de 20 años desde 1950, y se prevé que siga aumentando en las próximas décadas. Al mismo tiempo, la fecundidad ha caído por debajo del nivel de reemplazo en la mayoría de las regiones, lo que implica un menor crecimiento de la población joven.
El envejecimiento de la población mundial: un desafío y una oportunidad
El envejecimiento de la población tiene importantes implicaciones para todos los sectores de la sociedad, desde el mercado laboral y financiero hasta la demanda de bienes y servicios, pasando por la estructura familiar y las relaciones intergeneracionales. También plantea desafíos y oportunidades para el desarrollo sostenible, los derechos humanos y la salud y el bienestar de las personas mayores.
Entre los desafíos se encuentran la necesidad de garantizar sistemas de salud y protección social adecuados y accesibles para las personas mayores, así como su participación e inclusión en la vida económica, social y política. También se requiere promover el envejecimiento saludable y activo, prevenir y tratar las enfermedades crónicas y discapacidades asociadas al envejecimiento, y combatir la discriminación y el abuso contra las personas mayores.
Entre las oportunidades se encuentran el reconocimiento del potencial y la contribución de las personas mayores al desarrollo, tanto como agentes económicos como como transmisores de conocimientos, valores y cultura. Asimismo, se puede aprovechar la experiencia y las capacidades de las personas mayores para fomentar el voluntariado, el aprendizaje a lo largo de la vida y la solidaridad intergeneracional.
Para hacer frente al envejecimiento de la población mundial, se requiere una respuesta integral y coordinada por parte de los gobiernos, las organizaciones internacionales, la sociedad civil y el sector privado. En este sentido, existen varios instrumentos normativos que orientan las políticas y acciones a favor de las personas mayores, como el Plan de Acción Internacional sobre el Envejecimiento, adoptado en 2002 por la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, o los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen metas específicas relacionadas con el envejecimiento.
Asimismo, se han establecido mecanismos para promover el diálogo y la cooperación entre los actores involucrados en el tema del envejecimiento, como el Grupo de Amigos sobre el Envejecimiento, una iniciativa informal integrada por Estados Miembros, observadores permanentes y organizaciones no gubernamentales ante las Naciones Unidas.
El envejecimiento de la población mundial es una realidad que no se puede ignorar ni revertir. Es un desafío que requiere adaptarse a los cambios demográficos y garantizar los derechos y la dignidad de las personas mayores. Pero también es una oportunidad para aprovechar el potencial y la diversidad de las personas mayores como recursos valiosos para el desarrollo humano.