La Coca Cola es una de las bebidas más populares y consumidas en el mundo, pero también una de las más cuestionadas por sus posibles efectos negativos en la salud. Uno de ellos es la formación de piedras o cálculos en el riñón, una condición dolorosa que afecta a millones de personas.
Los cálculos renales son masas sólidas que se forman cuando hay un exceso de ciertas sustancias en la orina, como el calcio, el oxalato, el ácido úrico o la cistina. Estas sustancias se cristalizan y se acumulan en los riñones o en las vías urinarias, causando obstrucción, inflamación e infección.
Los factores que favorecen la aparición de cálculos renales son variados, como la deshidratación, la dieta, la genética, el clima, las infecciones o algunos medicamentos. Sin embargo, algunos estudios han sugerido que el consumo de Coca Cola también podría ser un factor de riesgo.
¿Por qué la Coca Cola podría causar piedras en el riñón?
La Coca Cola contiene ácido fosfórico, un aditivo que le da el sabor ácido característico y que ayuda a conservar la bebida. El ácido fosfórico puede aumentar los niveles de fosfato en la orina, lo que puede favorecer la formación de cálculos de oxalato de calcio, el tipo más común.
Además, la Coca Cola contiene cafeína, un estimulante que puede provocar deshidratación si se consume en exceso. La deshidratación reduce el volumen y el flujo de la orina, lo que facilita la cristalización y la acumulación de las sustancias que forman los cálculos.
También se ha señalado que la Coca Cola contiene fructosa, un tipo de azúcar que puede aumentar los niveles de ácido úrico en la sangre y en la orina. El ácido úrico es otra sustancia que puede formar cálculos renales, especialmente en personas con predisposición genética o con gota.
¿Qué evidencia hay al respecto?
La evidencia científica sobre la relación entre la Coca Cola y los cálculos renales es limitada y contradictoria. Algunos estudios han encontrado una asociación positiva entre el consumo de bebidas cola y el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica o cálculos renales.
Por ejemplo, un estudio realizado por investigadores estadounidenses en 2022 encontró que beber más de dos porciones diarias de una bebida cola al día puede duplicar la probabilidad de desarrollar enfermedad renal crónica. Otro estudio realizado por investigadores taiwaneses en 2022 halló que el consumo frecuente de bebidas cola se asociaba con un mayor riesgo de cálculos renales.
Sin embargo, otros estudios no han encontrado dicha asociación o han encontrado una asociación inversa. Por ejemplo, un estudio realizado por investigadores italianos en 2022 no halló una relación significativa entre el consumo de bebidas cola y los cálculos renales. Otro estudio realizado por investigadores suecos en 2022 encontró que el consumo moderado de bebidas cola se asociaba con un menor riesgo de cálculos renales.
Estas discrepancias podrían deberse a diferencias metodológicas, como el tamaño y la composición de las muestras, los criterios de diagnóstico, los factores de confusión o los tipos y cantidades de bebidas cola consumidas.
¿Qué recomiendan los expertos?
Los expertos coinciden en que lo más importante para prevenir los cálculos renales es mantener una buena hidratación y una dieta equilibrada. Se recomienda beber al menos dos litros de agua al día y evitar las bebidas azucaradas y alcohólicas. El agua es lo mejor para diluir las sustancias que forman los cálculos y facilitar su eliminación.
Además, se recomienda seguir una dieta variada y moderada, que incluya alimentos ricos en calcio, vitamina C, citrato y potasio, y que limite el consumo de sodio, oxalato, proteína animal y purinas. Estos son algunos consejos generales:
- Consuma solo 2 o 3 porciones al día de alimentos con mucho calcio, como leche, queso, yogur, ostras y tofu. El calcio se une al oxalato en el intestino y evita que se absorba y se acumule en el riñón.
- Coma limones o naranjas, o beba limonada fresca. El citrato que contienen estos alimentos evita la formación de cálculos de oxalato de calcio y ácido úrico.
- Consuma frutas y verduras frescas, especialmente las ricas en vitamina C, como el kiwi, la fresa, el brócoli o el pimiento. La vitamina C aumenta el nivel de citrato en la orina y previene los cálculos de oxalato de calcio.
- Consuma alimentos ricos en potasio, como el plátano, la papa, el tomate o el aguacate. El potasio ayuda a regular el equilibrio ácido-base de la orina y a prevenir los cálculos de ácido úrico.
- Reduzca el consumo de sal y de alimentos procesados, como embutidos, conservas, salsas o snacks. La sal aumenta la excreción de calcio por la orina y favorece la formación de cálculos de oxalato de calcio y fosfato de calcio.
- Reduzca el consumo de alimentos ricos en oxalato, como las espinacas, las acelgas, las remolachas, las nueces, el chocolate o el té. El oxalato se combina con el calcio y forma cristales que pueden dar lugar a cálculos.
- Reduzca el consumo de proteínas animales, como la carne roja, el pollo, el pescado o los huevos. Las proteínas animales aumentan la producción de ácido úrico y disminuyen el nivel de citrato en la orina, lo que favorece la formación de cálculos de ácido úrico y oxalato de calcio.
- Reduzca el consumo de alimentos ricos en purinas, como las vísceras, los mariscos o las legumbres. Las purinas se metabolizan en ácido úrico y pueden provocar cálculos de este tipo.
Estas recomendaciones pueden variar según el tipo y la causa de los cálculos renales que tenga cada persona. Por eso es importante consultar con un médico o un nutricionista antes de hacer cambios en la dieta. Así podrá seguir un plan personalizado y adecuado a sus necesidades.