La luna es un destino que ha fascinado a la humanidad desde tiempos antiguos. Sin embargo, no es posible llegar a ella en un avión convencional. ¿Por qué?
La atmósfera y la gravedad
Los aviones necesitan del aire para volar. El aire ejerce una fuerza sobre las alas que les permite generar sustentación y mantenerse en el aire. Sin embargo, la atmósfera terrestre se va haciendo más tenue a medida que se asciende, hasta que se llega al espacio exterior, donde no hay aire.
La luna está a unos 384.000 kilómetros de distancia de la Tierra, mucho más allá de la atmósfera. Por lo tanto, un avión no tendría aire que lo sostenga y caería por efecto de la gravedad.
Además, la gravedad de la Tierra es mucho mayor que la de la luna. La gravedad es la fuerza que atrae a los cuerpos hacia el centro de un astro. La gravedad de la Tierra es de unos 9,8 metros por segundo al cuadrado, mientras que la de la luna es de unos 1,6 metros por segundo al cuadrado. Esto significa que un avión tendría que vencer una fuerza mucho mayor para escapar de la atracción terrestre que para aterrizar en la lunar.
La velocidad y el combustible
Para salir de la atmósfera y alcanzar la órbita terrestre, un avión tendría que alcanzar una velocidad muy alta, llamada velocidad de escape. Esta velocidad es de unos 40.000 kilómetros por hora, unas 33 veces más rápida que la velocidad del sonido.
Los aviones convencionales no pueden alcanzar esa velocidad porque sus motores dependen del oxígeno del aire para quemar el combustible. En el espacio exterior no hay oxígeno, por lo que los motores se apagarían.
Además, para llegar a la luna se necesita una gran cantidad de combustible. Los cohetes espaciales usan etapas o módulos que se van desprendiendo a medida que se agota el combustible, para reducir el peso y aumentar la eficiencia. Los aviones no tienen esa capacidad y tendrían que cargar con todo el combustible desde el inicio.
La conclusión
Los aviones no pueden volar hasta la luna porque no están diseñados para ello. Los aviones necesitan del aire para volar y para alimentar sus motores, pero en el espacio exterior no hay aire. Además, los aviones no pueden alcanzar la velocidad ni llevar el combustible necesarios para escapar de la gravedad terrestre y llegar a la lunar.
Para viajar a la luna se necesitan vehículos especiales, como los cohetes espaciales, que usan motores que no dependen del oxígeno del aire y que pueden alcanzar altas velocidades y transportar grandes cantidades de combustible.