El lápiz es un instrumento de escritura que consiste en una mina de grafito y arcilla envuelta en una cubierta de madera. El lápiz es el utensilio de escritura utilizado durante el período más largo de tiempo de nuestra historia, desde el siglo XVI hasta la actualidad. El lápiz ha sido empleado para dibujar, escribir, borrar, marcar o crear obras de arte. En este artículo te contamos cómo se inventó el lápiz, qué materiales se utilizaron y cómo evolucionó a lo largo del tiempo.
El origen del lápiz
El origen del lápiz está relacionado con el descubrimiento del grafito, un mineral compuesto de carbono cristalizado y hierro que tiene la propiedad de dejar una marca negra al frotarse sobre una superficie. El grafito se encontró por primera vez en 1564 en la localidad de Seathwaite Fell, cerca de Borrowdale, en Cumbria, noroeste de Inglaterra. Se dice que el hallazgo fue casual al arrancar de raíz una tormenta un roble gigante.
Al principio se pensó que el grafito era una clase de plomo, y se le llamó plomo negro o plumbago. El grafito se usó para diversos fines, como la fundición de cañones, el marcado de ovejas o la fabricación de pinturas. Sin embargo, su uso como instrumento de escritura no se generalizó hasta que se le dio una forma adecuada y se le protegió con una envoltura.
El inventor del lápiz
El inventor del lápiz fue el naturalista suizo Conrad von Gesner, que fue el primero en describir un útil de escritura que utilizaba el grafito enfundado en una envoltura de madera. En su obra De omni rerum fossilium genere (Sobre todo tipo de fósiles) publicada en 1565, von Gesner mencionó que había visto en Inglaterra unos palos huecos rellenos con plomo negro que servían para escribir.
Von Gesner no especificó cómo se fabricaban esos palos, pero se cree que se cortaban unas ranuras en dos listones de madera, se colocaba una barra de grafito entre ellos y se pegaban con cola. Así se obtenía un cilindro alargado que se podía afilar con un cuchillo para sacarle punta. Estos primeros lápices eran muy frágiles y caros, ya que el grafito era escaso y estaba controlado por el gobierno inglés.
La evolución del lápiz
El lápiz fue evolucionando a lo largo del tiempo gracias a las mejoras en los materiales y las técnicas de fabricación. Algunos hitos importantes en la historia del lápiz son los siguientes:
En 1662, el francés Nicolas-Jacques Conté inventó un método para mezclar el grafito con arcilla y agua, formar unas varillas y cocerlas al horno. Así se conseguía un material más resistente y homogéneo que el grafito natural, y se podía variar la dureza y el tono según la proporción de arcilla.
En 1795, el francés Nicolas-Jacques Conté perfeccionó el método anterior y patentó un sistema para fabricar lápices con minas cilíndricas y uniformes. Conté también ideó una máquina para cortar la madera en forma hexagonal u octogonal y ajustarla a la mina. Estas innovaciones permitieron producir lápices en serie y abaratar su coste.
En 1821, los hermanos Lothar y Franz von Faber fundaron la empresa Faber-Castell en Alemania, que se convirtió en una de las más importantes del mundo en la fabricación de lápices. Los Faber introdujeron mejoras como la clasificación de las minas según su dureza (desde 6H hasta 6B), la pintura exterior para proteger la madera o el uso del caucho para borrar.
En 1858, el estadounidense Hymen Lipman patentó el primer lápiz con goma de borrar incorporada en el extremo opuesto a la punta. Lipman vendió su patente a Joseph Reckendorfer por 100.000 dólares, pero este fue demandado por Faber-Castell por violar su patente de lápiz. El caso llegó hasta la Corte Suprema de Estados Unidos, que anuló la patente de Lipman en 1875.
En 1861, el inglés Ebenezer Wood inventó una máquina para fabricar lápices de forma automática y continua. La máquina cortaba la madera en tiras, hacía las ranuras, insertaba las minas, pegaba las tiras y las cortaba en lápices individuales. Esta máquina aumentó la producción y la calidad de los lápices.
En 1905, el japonés Kumao Yanagisawa inventó el primer lápiz mecánico o portaminas, que consiste en un tubo metálico o plástico que contiene una mina fina y que se puede alargar o retraer mediante un mecanismo de presión o giro. El portaminas tiene la ventaja de no necesitar sacapuntas y de permitir una escritura más precisa.
El lápiz en la actualidad
El lápiz sigue siendo uno de los instrumentos de escritura más utilizados y versátiles en la actualidad. El lápiz se emplea para dibujar, escribir, borrar, marcar o crear obras de arte. El lápiz tiene varias ventajas sobre otros instrumentos, como su facilidad de uso, su durabilidad, su bajo coste o su capacidad de expresión.
El lápiz también se ha adaptado a las nuevas tecnologías y se ha creado el lápiz óptico o digital, que es un dispositivo electrónico que permite interactuar con pantallas táctiles o tabletas gráficas. El lápiz óptico o digital simula el trazo del lápiz convencional y ofrece diversas funciones y efectos.
El lápiz es un invento que ha marcado la historia de la escritura y del arte. El lápiz ha sido testigo y protagonista de grandes acontecimientos y obras maestras. El lápiz ha acompañado a generaciones de estudiantes, escritores, artistas y científicos. El lápiz es un símbolo de la creatividad y la comunicación humana.