A pesar de lo que se cree, Bolivia tiene acceso al mar desde 1992, gracias al acuerdo entre el presidente peruano de aquel entonces, Alberto Fujimori, y el mandatario boliviano Jaime Paz Zamora. El acuerdo estipulaba la cesión de una franja de cinco kilómetros de la costa de Ilo, en Moquegua, que se convirtió en Bolivia Mar.
El objetivo de la concesión era reducir la dependencia de Bolivia de los puertos chilenos de Arica e Iquique, por donde ingresaba y despachaba la mayoría de sus productos. De esta forma, Bolivia dejaba atrás la contradicción de tener que depender del país que se quedó con sus provincias costeñas tras la Guerra del Pacífico, en la que Perú y Bolivia se enfrentaron a Chile.
Sin embargo, la cesión de Bolivia Mar no fue completa, ya que Bolivia no tiene soberanía sobre la franja, solo tiene autorización para darle uso turístico. Los convenios firmados por los presidentes en 1992 estipulaban la creación de una zona franca industrial en la ciudad peruana y dar facilidades a los bolivianos para que usaran las instalaciones portuarias de Ilo.
David Herrada, cónsul de Bolivia, explica que la zona nunca se puso en marcha debido a que las tarifas de Ilo son más caras que las de los terminales chilenos. Instalar un rompeolas y habilitar un acceso menos accidentado costaría US$ 250 millones de dólares, lo que hace que el proyecto sea inviable actualmente. Además, los pescadores peruanos son los únicos que pueden sacar provecho de la playa que no tiene ni una sola sombrilla boliviana.
La posición de Bolivia es que Lima debe invertir primero y rebajar sus tarifas de descarga para que las importaciones y exportaciones sean numerosas y desembolsar la suma de US$ 250 millones para llevar a cabo el proyecto. Sin embargo, Perú exige garantías para invertir en la franja costera.
A pesar de las dificultades, la creación de Bolivia Mar ofrece posibilidades de desarrollo económico para Bolivia. Si bien es cierto que el proyecto es costoso, también es posible que, con más participación y afluencia de bolivianos a Ilo, se pueda sacar adelante. Según Herrada, Bolivia podría beneficiarse de entre US$ 3.000 millones y US$ 10.000 millones de dólares anuales, solo con exportar o importar por Ilo una tercera parte, lo que traería un gran desarrollo a la ciudad.