Los peces son animales vertebrados que viven en el medio acuático. Al igual que otros seres vivos, necesitan oxígeno para realizar sus funciones vitales. Pero, ¿cómo respiran los peces bajo el agua? ¿Qué órganos utilizan para obtener el aire disuelto en el líquido elemento? En este artículo te lo contamos.
La respiración branquial: el método más común
La forma de oxigenación que los peces usan comúnmente para respirar bajo el agua se llama respiración branquial. Este método consiste en utilizar unas membranas llamadas branquias, que están situadas a ambos lados de la cabeza del pez, detrás de los ojos. Las branquias están formadas por unos filamentos muy finos y ricos en vasos sanguíneos, llamados lamelas.
El proceso de respiración branquial se realiza de la siguiente manera: el pez abre y cierra la boca para hacer entrar y salir el agua por las branquias. Al pasar por las lamelas, el agua cede el oxígeno que contiene a la sangre del pez y recibe el dióxido de carbono que éste elimina. De esta forma, el pez consigue extraer el aire disuelto en el agua y mantener su metabolismo.
Para evitar que el agua se escape por la boca cuando el pez cierra las mandíbulas, los peces tienen una especie de tapa que cubre las branquias, llamada opérculo. El opérculo se cierra cuando el pez abre la boca y se abre cuando la cierra, permitiendo así el flujo continuo del agua por las branquias.
La respiración pulmonar: una adaptación especial
Aunque la mayoría de los peces utilizan las branquias para respirar debajo del agua, hay unas 400 especies de peces que pueden utilizar el aire terrestre para respirar. Estos peces tienen una adaptación especial que les permite sobrevivir en ambientes con poco oxígeno disuelto en el agua, como pantanos, lagunas o arroyos.
Estos peces poseen unos órganos internos llamados pulmones, que son unas bolsas llenas de aire que se comunican con la boca o la faringe del pez. Los pulmones funcionan de forma similar a los de los mamíferos: al inhalar, el pez llena los pulmones de aire y al exhalar, los vacía. El intercambio de gases se produce entre el aire de los pulmones y la sangre del pez.
Algunos ejemplos de peces que tienen pulmones son los peces pulmonados, que viven en aguas dulces tropicales y pueden salir del agua y arrastrarse por tierra; los dipnoos o peces pulmonados africanos, que también pueden vivir fuera del agua durante largos períodos; y los lepidosirenidos o peces pulmonados sudamericanos, que tienen un opérculo modificado que les permite respirar aire.
La respiración cutánea: una ayuda extra
Además de las branquias y los pulmones, algunos peces pueden respirar por la piel. Esto se llama respiración cutánea y consiste en aprovechar la permeabilidad de la piel para absorber el oxígeno del agua o del aire y eliminar el dióxido de carbono. La piel debe estar siempre húmeda para facilitar este proceso.
La respiración cutánea suele ser una ayuda extra para complementar la respiración branquial o pulmonar. Algunos ejemplos de peces que pueden respirar por la piel son las anguilas eléctricas, que viven en aguas con poco oxígeno y salen a la superficie a tomar aire; los anfibios acuáticos, como las salamandras o las ranas; y algunos tiburones, como el tiburón nodriza o el tiburón alfombra.