Las montañas son elevaciones del terreno que superan los 600 metros de altura. Existen diferentes tipos de montañas según su forma, su origen y su composición. Pero, ¿cómo se formaron las montañas? ¿Qué procesos geológicos dieron lugar a estos impresionantes relieves? En este artículo te lo explicamos.
El origen de las montañas: la tectónica de placas
La clave para entender cómo se formaron las montañas está en la teoría de la tectónica de placas. Según esta teoría, la corteza terrestre está formada por una serie de placas rígidas que se mueven sobre el manto, una capa más fluida y caliente. Estas placas pueden interactuar de diferentes formas: separarse, deslizarse o chocar entre sí. Cuando dos placas chocan, se produce un fenómeno llamado orogénesis, que es el responsable de la formación de las montañas.
El proceso de orogénesis: el plegamiento y el levantamiento
La orogénesis es el proceso geológico por el que una zona extensa de la corteza terrestre se acorta y engrosa por deformación y fracturación a través del movimiento de las placas tectónicas. Este proceso implica dos fases principales: el plegamiento y el levantamiento.
El plegamiento es la deformación de las rocas por la presión que ejercen las placas al chocar. Las rocas se doblan y se arrugan formando pliegues de diferentes tamaños y formas. Los pliegues pueden ser simétricos, asimétricos o invertidos según su geometría. Los pliegues más grandes y visibles son las cordilleras, como los Alpes o los Andes.
El levantamiento es la elevación de las rocas plegadas por la fuerza que ejercen las placas al empujar hacia arriba. El levantamiento puede ser gradual o brusco, y puede provocar fallas o grietas en las rocas. El levantamiento es la fase final de la formación de las montañas y señala el fin de los movimientos y la unión de las dos placas móviles.
Los factores exógenos: la erosión y el modelado
Una vez que el levantamiento ha producido los cordones montañosos, estos son moldeados por factores exógenos como la erosión, provocada por el hielo, el viento y la lluvia. La erosión es el desgaste y la remoción de los materiales que componen las montañas por la acción de los agentes atmosféricos. La erosión puede crear formas características como valles, cañones, glaciares o morrenas.
La erosión también transporta los materiales erosionados hacia otras zonas más bajas, donde se depositan y forman rocas sedimentarias. Estas rocas pueden volver a ser elevadas por nuevos procesos orogénicos, dando lugar a un ciclo geológico continuo.