La Huacachina, ubicada en Ica, es un oasis en el que crecen palmeras, eucaliptos y huarangos. Según cuenta la leyenda, Huacay China era una mujer que, tras perder a su amado guerrero, se fue a llorar a un campo de girasoles donde ambos se vieron por primera vez.
De las lagrimas de Huacay China se formó la famosa laguna. Un día ella vio que un hombre la observaba y como no quería que nadie la consolara, se arrojó a la laguna y, cuando el hombre ya se había ido, ella salió de las aguas convertida en una sirena. En las noches de luna nueva, Huacay China sale para llorar por su amado.