La historia de Sarah Ellen, la supuesta vampiresa inglesa acusada de brujería y condenada a una muerte aterradora, ha cautivado la imaginación popular durante décadas. Pero, ¿qué hay de cierto en esta leyenda?
Según la historia, Sarah Ellen fue una mujer acusada de brujería y vampirismo en el siglo XIX. Después de su arresto, fue encadenada viva dentro de un ataúd de plomo y asesinada en Blackburn, Inglaterra. Antes de morir, Sarah habría profetizado que volvería en 100 años para vengarse de sus perseguidores.
Esta leyenda se extendió por toda Inglaterra, y nadie quería enterrar a Sarah por temor a su regreso. Entonces, su esposo John Price Robert decidió viajar a Pisco, Perú, para sepultarla allí. La leyenda dice que Sarah fue enterrada en una tumba de concreto con una cruz de hierro y una lápida que decía «Sarah Ellen, nacida el 14 de septiembre de 1864, murió el 9 de junio de 1913».
Sin embargo, la verdad detrás de la historia de Sarah Ellen es mucho menos dramática. De hecho, Sarah y John eran tejedores que vivían en Inglaterra. En 1913, decidieron viajar a Pisco para visitar a Thoma, el hermano menor de John, quien trabajaba en una fábrica de algodón de la zona.
Desafortunadamente, durante su estancia en Pisco, Sarah enfermó y murió antes de que pudieran regresar a Inglaterra. John decidió enterrar a su esposa en el cementerio local y regresar solo a Inglaterra.
Entonces, ¿cómo se creó la leyenda de la vampiresa inglesa? Se cree que la historia fue inventada por los periódicos sensacionalistas del siglo XIX para vender más copias. La historia de una mujer acusada de brujería y vampirismo era exactamente el tipo de historia que atraería a los lectores de la época.
Con el tiempo, la historia de Sarah Ellen se convirtió en una leyenda popular que todavía se cuenta hoy en día. Pero la verdad detrás de la historia es mucho menos dramática. Sarah Ellen fue una mujer común y corriente que tuvo una muerte trágica, pero no fue una vampira ni una bruja.