El perro sin pelo del Perú es una raza canina muy especial y única que se remonta a la época precolombina. Fue el 12 de junio de 1985 cuando la Federación Cinológica Internacional (FCI), reconoció oficialmente a esta raza y la incluyó en su nomenclatura con el número 310. Desde entonces, el perro peruano es considerado como una raza pura, lo que significa que su aspecto y características físicas se han mantenido inalteradas durante miles de años.
La FCI clasificó al perro sin pelo del Perú en el grupo V, que incluye a los perros atléticos y ligeros, y en la sección 6, donde se ubican los perros primitivos. Estos últimos se definen como aquellos que, debido a su origen ancestral, no han sufrido transformaciones significativas por la acción del hombre. El perro sin pelo del Perú, también conocido como «viringo» o «perro chino», es una de las razas más antiguas de América y se caracteriza por no tener pelo en el cuerpo, aunque puede presentar algunas zonas con pelo en la cabeza y las patas.
Además de su importancia como raza canina, el perro sin pelo del Perú también tiene un gran valor cultural e histórico en su país de origen. Por esta razón, el Instituto Nacional de Cultura del Perú dispuso en 2001 la ubicación de perros sin pelo del Perú en todos los museos de sitio y zonas arqueológicas ubicados en la costa peruana que cuenten con las condiciones necesarias para su crianza y desarrollo natural. De esta forma, se busca preservar esta raza y su legado cultural.
El Congreso de la República del Perú también reconoció la importancia del perro sin pelo del Perú como patrimonio de la nación y oriundo de este país. En 2001, se aprobó el decreto ley número 27537, que incluyó a esta raza en la lista de patrimonios peruanos. De esta manera, se reconoce el valor histórico, cultural y biológico de esta raza canina.
En conclusión, el perro sin pelo del Perú es una raza canina única y especial que ha sido reconocida oficialmente por la Federación Cinológica Internacional desde 1985. Además de su importancia como raza, esta especie también tiene un gran valor cultural e histórico en su país de origen, lo que ha llevado a su inclusión como patrimonio nacional.