La historia de un país está marcada por sus guerras y conflictos, y Perú no es la excepción. La primera vez que este país sudamericano se vio involucrado en un conflicto armado fue en 1828, cuando se enfrentó a la Gran Colombia.
La disputa territorial sobre los territorios de Tumbes, Jaen, Maynas y Guayaquil fue el detonante de esta guerra entre ambos países. La Gran Colombia, un naciente país que luego se disgregaría en cuatro actuales repúblicas americanas: Colombia, Venezuela, Panamá y Ecuador, pretendía anexar estos territorios a su territorio. Sin embargo, Perú se opuso a esta medida y decidió tomar las armas para defender su soberanía.
Además, en el plano político, las élites peruanas no estaban de acuerdo con el plan confederativo de Simón Bolivar, presidente de la Gran Colombia, quien pretendía crear una Federación de los Andes. Este proyecto político no era del agrado de las autoridades peruanas, quienes temían perder su autonomía y poder político.
La guerra se prolongó por un año y culminó con el tratado Larrea-Gual el 22 de septiembre de 1829. En este acuerdo, ambos países acordaron reconocer la independencia de sus respectivos territorios y establecer la paz entre ellos. Asimismo, se fijaron las fronteras entre Perú y la Gran Colombia, y se acordó la creación de una comisión para demarcar los límites precisos.
Este conflicto armado fue un momento clave en la historia de Perú, ya que significó su primera participación en una guerra. A partir de este momento, este país estaría presente en varios conflictos armados, algunos de ellos muy significativos, como la Guerra del Pacífico en el siglo XIX.
En definitiva, la historia de Perú está marcada por sus guerras y conflictos, y su primera participación en un conflicto armado se remonta a 1828. La disputa territorial y política con la Gran Colombia fue el detonante de este conflicto, que culminó con un tratado de paz y el reconocimiento de la independencia de ambos países. Este acontecimiento histórico es un testimonio de la lucha de Perú por defender su soberanía y autonomía frente a las pretensiones de otros países.