El virus del Ébola es una enfermedad infecciosa altamente letal que ha afectado a diferentes países de África en varias ocasiones. Desde su primer brote en 1976, ha sido responsable de múltiples epidemias y ha cobrado la vida de miles de personas en todo el mundo. Pero, ¿de dónde proviene este virus y cómo ha llegado a afectar a tantas personas?
El virus del Ébola fue descubierto por primera vez en 1976 en dos brotes simultáneos en Sudán y la República Democrática del Congo (RDC). En esa época, la enfermedad se propagó rápidamente y se informó de más de 600 casos, con una tasa de mortalidad del 88%. Desde entonces, ha habido múltiples brotes de la enfermedad, con un número cada vez mayor de víctimas.
El virus del Ébola pertenece a la familia de los filovirus y se transmite a través del contacto directo con la sangre, los fluidos corporales y los tejidos de animales infectados, así como de persona a persona a través del contacto directo con los fluidos corporales de una persona infectada. Los murciélagos frugívoros son considerados el huésped natural del virus del Ébola, y se cree que los humanos se infectan a través del contacto con animales salvajes infectados.
La mayoría de los brotes de Ébola han ocurrido en países de África occidental y central, especialmente en la RDC, Sudán, Guinea, Liberia, Sierra Leona y Nigeria. El último brote importante fue en 2014-2016, cuando la enfermedad se propagó por varios países de África occidental y causó la muerte de más de 11.000 personas.
Se cree que el brote de Ébola en 2014-2016 se originó en Guinea, donde un niño de dos años se infectó después de jugar cerca de una colonia de murciélagos frugívoros. A partir de ahí, la enfermedad se propagó rápidamente a otras personas y se convirtió en un brote regional antes de convertirse en una epidemia global.