El accidente aéreo del vuelo 251 de Faucett en 1996 fue una tragedia que conmocionó a todo el Perú. Las 123 personas a bordo perdieron la vida en un instante, dejando una huella imborrable en la memoria del país.
El avión Boeing 737-222 que se estrelló había partido del aeropuerto Jorge Chávez en Lima y tenía como destino la ciudad de Tacna, con una escala previa en Arequipa. Sin embargo, debido a la oscuridad y la densa niebla que se presentaba en la zona, el piloto cometió un error de altitud y el avión chocó contra las montañas cercanas al aeropuerto.
El informe oficial del accidente señaló que la falla en el altímetro fue el factor principal que desencadenó la tragedia. La tripulación se confió de las mediciones del instrumento y no se percató de que estaban volando a una altitud más baja de la necesaria. Además, la niebla redujo la visibilidad y dificultó aún más la situación.
El impacto del accidente fue enorme, no solo por el elevado número de víctimas, sino también por la diversidad de las mismas. El vuelo transportaba a personas de distintas edades, nacionalidades y profesiones, incluyendo turistas, estudiantes, empresarios y trabajadores. Fue una tragedia que afectó a toda la sociedad peruana.
A pesar de que han pasado ya más de dos décadas desde aquel fatídico 29 de febrero de 1996, el recuerdo de la tragedia sigue presente en la memoria de muchos peruanos. El vuelo 251 de Faucett sigue siendo el peor accidente aéreo de la historia del país y es un recordatorio de la importancia de mantener altos estándares de seguridad en la aviación comercial.